Desde pequeños se nos ha dicho que los dos ríos más importantes que tiene Venezuela son el Orinoco y el Caroní, ya que estos son los principales afluentes que surten de agua dulce a gran parte de los estados del país y, además, generan la energía eléctrica que consumen los venezolanos diariamente. enunviajeamantesdeaventuras
El Orinoco es tan importante que su relevancia transciende las fronteras venezolanas, pues este luego de recorrer los estados Delta Amacuro, Bolívar, Monagas, Anzoátegui, Guárico, Apure y Amazonas, atraviesa los departamentos colombianos Arauca, Vichada, Guanía y Casanare, lo que también lo convierte en uno de los afluentes de agua más importantes de Suramérica.
Por su parte, el río Caroní –ubicado en el estado Bolívar-, con su abundante caudal, es aprovechado para la generación de energía hidroeléctrica con seis represas a la largo de su curso: Macagua I, II y III; Caruachi, Tacoma y Guri.
Estos ríos son protagonistas de uno de los espectáculos naturales más impresionantes de Venezuela, hecho que pudimos corroborar en una de nuestras fugaces aventuras recorriendo una pequeña pero significativa parte del estado Bolívar.
Tras ver artículos de prensa sobre algunos de los atractivos de esta entidad venezolana, tomamos la decisión de ir a la ciudad de Puerto Ordaz para conocer la singular confluencia entre el río Orinoco y el río Caroní.
DE CARACAS A PUERTO ORDAZ
Como en cada uno de los viajes que realizamos, el primer paso para llegar a nuestro destino consistió en buscar los medios para trasladarnos a esta ciudad, ubicada al sur de Venezuela. Cuestión que se materializó haciendo las respectivas diligencias en elTerminal de Oriente, en el que los boletos son vendidos el mismo día del viaje; lo que supuso (como costumbre) ir la mañana de un viernes al terminal, comprar los pasajes y partir en la noche a Puerto Ordaz. En esta oportunidad, luego de consultar precios y disponibilidad de pasajes, conseguimos viajar en la línea de buses Expresos Los Llanos.
Este viaje representó, sin duda, una prueba física y mental nada fácil de vencer pero, como buenos aventureros, sabemos que la paciencia es un factor de suma importancia para cada travesía.
Luego de pegar nuestra respectiva carrera del trabajo hasta el mencionado terminal, y faltando aproximadamente hora y media para nuestro viaje, nos dispusimos a confirmar los boletos y comprar los suficientes insumos (agua, galletas, chicles) para soportar un viaje de aproximadamente 10 u 11 horas.
Siendo ya las 9:15 de la noche, partimos de Caracas pensando en los increíbles paisajes que nos cautivarían al llegar a las aguas del Orinoco y el Caroní. Entre las habituales tertulias, el sueño poco a poco se fue apoderando de nuestros cuerpos y despertamos en el parador turístico El Guapetón, estado Miranda, donde el bus hace parada para que los viajeros coman, estiren las piernas y vayan al baño.
El hambre se asomó y decidimos comprar dos arepas con queso y un café con leche, algo ligero para evitar problemas de salud durante el largo trecho que aun debíamos recorrer hasta Puerto Ordaz.
Entre charlas, juegos, revisar el celular y minutos de sueño transcurrieron las horas hasta que llegamos al inmenso estado Bolívar, hicimos parada en su capital Ciudad Bolívar y finalmente llegamos a nuestro destino, para nuestra sorpresa a las 2 de la tarde, es decir, que estuvimos en carretera unas 16 horas.
Creemos que algunas circunstancias retrasaron el viaje de manera descomunal pero estos detalles se perdieron en el camino por nuestras placenteras horas de descanso en el bus.
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