Dustin Brown, el alemán al que la vida le dio la oportunidad de pisar la cancha central de Wimbledon por primera vez a los 30 años y eliminar a Rafael Nadal, tiene una historia y un aspecto cautivadores. AFP/por Alfons LUNA
El alemán de origen jamaicano lleva largas trenzas rastas -no se ha cortado el pelo en nueve años-, es alto (1,96 m), flaco (78 kg) y desgarbado, y juega con una camiseta sin mangas que permite ver el tatuaje de su antebrazo.
Al margen de eso, desplegó un juego espectacular de servicio y volea que asombró a los más entendidos y propinó una paliza a Nadal (7-5, 3-6, 6-4 y 6-4), en el mismo escenario donde había jugado cinco finales y ganado dos.
“Quinientos tenistas profesionales tienen que inspirarse en lo que han visto hoy para aguantar un par de años más. Nada es imposible”, dijo John McEnroe, el legendario exjugador estadounidense.
“Nada es imposible”, agregó, “el nivel de tenis de Brown en esta cancha ha sido espectacularmente alto”, añadió McEnroe.
Brown agradeció el cumplido “de alguien de una generación que jugaba así, sirviendo y voleando, subiendo a la red mucho”.
En la conferencia de prensa posterior al partido, Brown respondió a la curiosidad de los periodistas por un tenista desconocido.
El tatuaje del brazo “me lo hice el año pasado. Siempre quise tener uno. Tengo un retrato de mi padre en mi habitación. No lo veo muy a menudo, normalmente cuando acaba la temporada”.
Sobre su aspecto inusual en el tenis, respondió: “soy como soy, así he sido toda mi vida. Está muy bien que a la gente le guste. Pero si me preocupara demasiado de lo que la gente piensa, ni llevaría este pelo ni tendría este aspecto”.
“Me resulta difícil responder cuando la gente me pregunta sobre mí porque tengo la sensación de ser normal. Es como si yo empezara a preguntaros a vosotros por qué sois diferentes”.
– De torneo en torneo en caravana –
Brown nació el 8 de diciembre de 1984 en Celle, una localidad de 71.000 habitantes del norte de Alemania con un buen club de balonmano femenino y un equipo de fútbol que estuvo en segunda división en los años 70.
Hijo de un jamaicano y una alemana, Dustin se fue a vivir a Jamaica a los 12 años y empezó a jugar al tenis representando a ese país, recorriendo Europa de torneo en torneo en una caravana.
Harto de la falta de apoyo de la federación caribeña, decidió en 2010 pedir la nacionalidad alemana y representar a su país materno.
Desde 2010 ha jugado 10 torneos del Grand Slam, incluyendo este Wimbledon, y nunca había llegado tan lejos.
De hecho, sólo había ganado un partido en un torneo grande antes de sus dos victorias en el All England Club de Londres.
Ahora le espera en tercera ronda otro hombre teóricamente superior, el serbio Victor Troicki, vigésimocuarto jugador del mundo.
Pase lo que pase, hay algo de lo que siempre podrá presumir y que no muchos jugadores pueden decir: nunca ha perdido con Rafael Nadal, ganador de 14 títulos del Grand Slam, uno de los mejores jugadores de la historia.
Brown ya le venció en su enfrentamiento previo, en el torneo de hierba de Halle, en 2014. Eso, “me permitió sentirme bien. De todos modos no tenía nada que perder”, sentenció.