Las primarias del PSUV llevan implícitas un doble mensaje, uno dirigido al electorado opositor y otro al electorado chavista, cada vez más descontento, huérfano, a la deriva. A los opositores nos dicen que no importa lo que hagamos, ellos se van a imponer, porque controlan todo y con su maquinaria aplanadora borraran cualquier posibilidad de triunfo de los sectores democráticos. Al electorado chavista le ofrecen una posibilidad de cohesionarse de nuevo en torno a una victoria, el escenario post primarias debe ser vendido propagandísticamente como una proeza, un triunfo histórico nunca antes visto, ni en tiempos de Chávez, debe ser mostrado como una muestra de disciplina revolucionaria, por eso la música épica en los canales al servicio del PSUV, por eso los grandes titulares en la prensa escrita bajo su control.
Se inflaron los votos con la intención de inflar también las expectativas de un sector altamente desencantado. El efecto contrario se busca en la oposición, desmovilizar con una caratula de invencibilidad. Nos tratan de decir que hagamos lo que hagamos el gobierno nunca pierda elecciones.
Han tenido un poder legislativo a su servicio por prácticamente diecisiete años, han gobernado sin contrapesos, sin controles, sin contraloría y allí tenemos los resultados. Quienes cinco años más con una Asamblea Nacional castrada, que levante la mano de vez en cuando para aprobar créditos adicionales y debata sobre el imperio en lugar de discutir sobre el hampa, el desabastecimiento y la corrupción.
Ellos hicieron su simulacro del abuso, nosotros debemos prepararnos para lo que vendrá, es fundamental es rol que cumplirán los testigos, debe ser gente preparada para resistir el amedrentamiento, la intimidación y el atropello de un gobierno desesperado. Ellos serán los héroes anónimos que nos darán la libertad.
Brian Fincheltub
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