Maduro dijo ayer que el presidente guyanés, David Granger, es un “provocador” de la Exxon Mobil.
Pero igual pudo decir que es de los chinos, ya que la empresa socia de gringos y guyaneses en la explotación de un yacimiento petrolífero en El Esequibo es “Nexen Petroleum Guyana”, una filial de la estatal petrolera china, “China National Oil Company”.
El dato obliga a muchas preguntas y las más urticantes son las siguientes:
1) ¿Es posible que un gobierno tan cuidadoso de la “legalidad” de sus operaciones internacionales, como el chino, no conociera que El Esequibo es un “Territorio en Reclamación” de venezolanos y guyaneses, y que aventurarse a explotarlo en sociedad con gringos y guyaneses, era chocar con las autoridades venezolanas?
2) ¿Recibieron los chinos alguna seguridad de parte del gobierno venezolano de que no se opondría a la operación de Exxon, Guyana Production y Exen Petroleum Guyana, y si ese fue el caso, quién o quiénes obligaron a Maduro a cambiar de opinión para que luzca ahora como el campeón de la lucha en la defensa de El Esequibo?
3) ¿Cómo quedan Raúl y Fidel Castro en esta historia, unos aliados de viejísima data de los guyaneses en su pretensión de despojar a Venezuela de 159.000 kms2, pero ahora, no solo “hermanos”, sino dependientes en todo del gobierno venezolano.
Por ahora, lo que sabemos es que no han dicho una palabra a favor del país que arruinó su economía para que la fracasada revolución cubana sobreviviera y que parapetos como el ALBA, financiado por Venezuela, pero controlado por Cuba, tampoco ha dicho “esta boca es mía”.
¿Cuándo el presidente, guyanés, David Granger, dice que Maduro “está aislado” es porque Raúl Castro le prometió que el ALBA, la Unasur y la Celac no apoyaràn a Venezuela?
Un escándalo, más que una traición, si sucede así, porque jamás se le habían saqueado sus riquezas a un país para emplearlas en su destrucción.