Literalmente están saqueando al país con absoluta impunidad. Es algo aterrador, los venezolanos tenemos la misma mirada de quien es víctima de un atraco a mano armada y nada puede hacer mientras lo despojan de sus pertenencias. Ya sabemos que significa una “revolución armada”. En efecto, estamos ante unos asaltantes de alta peligrosidad, sin escrúpulos, ni compasión. Incluso, la víctima siente que está en riesgo su vida pues el hamponato gubernamental está cargado de odio y resentimiento, evoca permanente la guerra e instiga la violencia. Corolario de esta triste historia es que –mientras los vándalos saquean el erario público y venden a nuestra patria- el país se cae a pedazos y el pueblo padece una escasez, inflación e inseguridad pavorosa, sin mencionar la falta de viviendas, la crisis hospitalaria y en general, el colapso de los servicios públicos en Venezuela.
No es casual que el rechazo al gobierno supere el 70% en las encuestas más benevolentes, pero tampoco es poca cosa que un 20% sienta simpatías por este militarismo inepto y corrupto. Quizás el “Síndrome de Estocolmo” pueda explicar esta conducta y simplemente se sienten cautivados por sus secuestradores. En todo caso, resulta insólito que una parte del país –cada vez mas reducida pero aun importante- no ha despertado y ni se haya dado cuenta que lo están atracando, le han ultrajado a su familia, se están enriqueciendo a sus costillas y le escupen la cara todos los días con la perorata de la “guerra económica”, culpando al imperio, al capitalismo, a la oligarquía o con otras sandeces que insultan su inteligencia. ¿Que hacer? Despertar conciencias, unir y movilizar al país es el desafío de la unidad democrática en las parlamentarias y cada uno de nosotros tiene mucho que aportar!
Twitter: @richcasanova
Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.