Maduro ha liquidado las reservas y aumentado tanto el déficit fiscal, que voceros internacionales pronostican que vamos al default, “a no ser que China decida rescatarla”, cosa improbable porque la economía china no está en su mejor momento. Una mirada sobre la destruida Venezuela nos muestra que solo capta 0,2% de la inversión extranjera en Suramérica. El economista Steve Hanke aseguró a El Nuevo Herald que la inflación en el país estaría en 615% y que por eso el BCV oculta las cifras desde enero. Heinz Dieterich, asesor de Chávez largo tiempo, escribe que el control de cambio, que debió ser temporal, “se convirtió en toxina que destruyó todo el tejido productivo y distributivo del país. La troika, en lugar de gobernar, mira paralizada –como el conejo ante la serpiente– el caos que ha producido. La dimensión del desastre –sigue Dieterich– se mide en resultados desgarradores: caída de 7,5% de la economía, la inflación más alta del mundo, la pobreza subió de 33,5% en 2009 a 38,2% en 2013 y César Gallo calcula que a fines de 2015 estará en 55%. La troika –concluye Dieterich– ha perdido el apoyo de las masas, que la hace, correctamente, responsable del desastre”.
Aumentan las críticas internacionales por la violación de los derechos humanos en Venezuela y su solidaridad con los presos políticos, de quienes piden a Maduro su inmediata liberación. Esta semana, la solicitud de liberar a López, Ceballos, Ledezma y demás presos políticos, vino de la Internacional Socialista. Del 16 al 19 de este mes vendrá al país una misión de la UE integrada por eurodiputados del Psoe, PP, Izquierda Unida e independientes, para pedir respeto a los derechos humanos y elecciones libres. La creencia de que la paz y la democracia en Venezuela depende de elecciones limpias el 6-D es generalizada. El presidente peruano, Ollanta Humala, expresó en España que el “futuro de Venezuela se definirá con las elecciones del 6-D”. De lo que nadie está convencido es que sean libres y limpias con las prácticas actuales de un CNE fraudulento, negado a que haya observadores internacionales neutrales y calificados. El mismo que aprobó las tramposas proyecciones de población del INE y qe nos mostró en las fracasadas internas del PSUV el reflejo de lo que serán las del 6-D, prorrogando el proceso hasta las 10:00 pm, hora en la que actúan delictivamente los grupos armados rojos contra electores y testigos de mesa opositores.
Por eso Luis Almagro, secretario general de la OEA, está insistiendo en venir este mes a Venezuela para solicitar al gobierno que haya la observación calificada de la OEA en elecciones. El ex jefe de la Misión de Observación Internacional de la OEA en Venezuela de 2000 a 2005, Rubén M. Perina, formula una serie de recomendaciones a Almagro, tales como no aceptar una invitación de último momento ni un “acompañamiento”, al estilo del muy parcial Unasur. Debe insistir en el envío de una misión cabal y rigurosa, por lo menos dos meses antes de los comicios, que debería tener total independencia, imparcialidad y profesionalismo. No debería ser un mero acompañamiento y sin voz pública; ello desvirtuaría la naturaleza de la misión y la tornaría irrelevante. Perina sugiere también a Almagro, “solicitar, como precondición para aceptar la invitación, la liberación de todos los presos políticos y el fin del acoso a los pocos medios independientes que todavía sobreviven la presión chavista. Con presos políticos y prensa amordazada no hay elecciones libres ni justas”.
La MUD debe emprender una campaña interna y externa que le haga entender a Maduro que con las actuales condiciones electorales, Venezuela y el mundo sabrán que estos comicios serían los más fraudulentos, justo cuando todas las encuestas indican que su régimen perderá por paliza y los venezolanos iremos a votar masivamente para despedir con nuestros votos al peor gobierno de la historia.