Todas las alarmas prendidas una vez más. Hoy Santiago de León de Caracas está cumpliendo 448 años de su fundación oficial y muy lamentablemente se ha conocido que los concejales del Psuv quieren aprobar un nuevo escudo de Caracas, con los ojos y la boina de Chávez, un hombre que siquiera fue caraqueño.
La rica historia de nuestra ciudad capital, al igual que textos escolares y demás, pretende ser pisoteada por un grupo de rojos posiblemente con apoyo de los “grandes” rojos. Jamás podremos obviar que, en ese “terruño” donde se fundó nuestra ciudad, hubo anteriores habitantes, nuestros indígenas, la tercera pieza de nuestra rica mezcla que nos hace venezolanos. No por ello, con un discurso y acciones barbáricas se puede prentender borrar nuestra historia.
A continuación dejamos extracto del editorial de El Nacional del 19 de julio, donde se deja muy claro esta situación, donde se quiere borrar la memoria de Simón Bolívar “el viejo”.
También te entregamos un imponente fondo de pantalla.
El actual escudo se debe a la iniciativa del primer Bolívar establecido entre nosotros, llamado Simón Bolívar “el Viejo”, quien ejerció el cargo de procurador de Caracas y viajó a la corte para gestionar un emblema adecuado para la entonces pequeña población que le había dado cobijo. El rey vio con buenos ojos la solicitud, y el fundador de una estirpe fundamental para los venezolanos trajo un hermoso escudo en el cual destacaba la figura de un aguerrido León que se convertiría en señal de respeto, afecto y aglutinamiento para los habitantes del lugar. Los cabildantes aclamaron la iniciativa y los súbditos de entonces llevaron en procesión la enseña por la plaza de armas.
Los concejales chavistas, quienes tienen mayoría simple de votos en el concejo de la capital, quieren echar esa entrañable historia al tarro de la basura. Y de la peor manera, según se desprende de los cambios que han planeado para el símbolo. El león ya no aparecerá, ni las fechas que antes señalaban sucesos de trascendencia para la urbe. El rey de las fieras será sustituido por los ojos del comandante Chávez, en la parte superior del bloque simbólico se colocará una boina roja y en el pie una efeméride para ellos estelar: 4 de febrero.
Lo símbolos de la patria y de la ciudad son inamovibles, a menos que un ignorante se empeñe en cambiarlos porque se le pega la gana, o porque una sociedad indiferente y apática se lo permite. Se colocan en lugares visibles para veneración de los miembros de una sociedad determinada, sin que exista la posibilidad de ponerse a discutir sobre su contenido: son factores de unión sentimental a través de las generaciones y señales de procesos superiores de la patria. Son amalgama, en lugar de excusa para la desunión y la disputa.
Pero los concejales rojitos entienden otra cosa y quieren convertir el escudo de la ciudad en un mamarracho sin parangón en la evolución de las repúblicas.