De aquí al 6-D, día de las elecciones parlamentarias en Venezuela, se vislumbra una campaña electoral cuya balanza, en términos de favoritismo, está inclinada hacia los candidatos de la Mesa de la Unidad, MUD.
Quienes saben de materia hípica saben que los caballos favoritos parten con una sustancial ventaja hacia la meta pero nada seguro es el triunfo sino hasta que ese purasangre atraviesa de primero la línea final y los jueces lo decretan ganador. Prácticamente tres fases para obtener el triunfo: la carrera en sí, el cruce de la meta y la decisión arbitral.
En el escenario venezolano ya comenzó esa carrera para conquistar un escaño en el Poder Público Nacional Legislativo, llámese Asamblea Nacional y será una competencia con una serie de obstáculos de principio a fin porque, incluso, antes de las inscripciones, ya uno de los competidores (el gobierno nacional de Nicolás Maduro) comenzó a jugar aplicando las inhabilitaciones de candidatos, dejando fuera de competición a verdaderos favoritos del electorado venezolano: Manuel Rosales, Pablo Pérez, María Corina Machado, Leopoldo López, entre otros.
El punto es que ninguno de los candidatos de la MUD, ni la propia MUD, deben perder el norte que es llegar al 6 de diciembre, fecha de las elecciones al parlamento. Llegar a la meta y atravesarla de primeros es el fin de cada uno en sus respectivos estados para así demostrar fehacientemente que el sentimiento democrático es mayoría en el país, no ese socialismo del siglo XXI, el Plan Patria y otros los inventos ideológicos creados para encubrir el peor de todos los gobiernos nacionales.
Ganar el 6-D no solo significará una mayoría en la Asamblea Nacional sino una demostración de que pese a todos los intentos durante esta década y media, sigue existiendo en Venezuela un pensamiento, un sentimiento y una acción colectiva que reclama un mejor país donde se respeten las libertades, los derechos humanos y, además de existir pleno abastecimiento, se respire paz y concordia.
El anhelo es vivir mejor en un país donde ningún gobernante se la pase hablando de guerras (mediáticas, económicas), de Golpes de Estado (“suaves”, “mediáticos” o de “derecha”), de imperios e invasiones en vez de ocuparse de los problemas alimentarios, de salud, seguridad, educación y trabajo los cuales son los asuntos que verdaderamente debe atender.
Muy probablemente estemos a las puertas de escuchar, indirectamente y a través de los votos de la oposición, el mayor grito de protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro, vale decir, el voto –castigo contra quienes ejercen el poder para sus propios beneficios, en desmedro de las mayorías.
Votar el 6-D no solo contiene el ejercicio de elegir un diputado sino que la escogencia de los diputados de la MUD, trasciende al acto de votación porque se traducirá en la expresión del gran reclamo contenido en cada una de las miles de colas que hace la gente de a pie para comprar alimentos, creando una imagen terrible y vergonzosa a lo interno y externo del país.
Lo que muy seguramente ocurrirá lo saben perfectamente Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y sus acólitos, de allí que muy probablemente usted observará nuevos impedimentos que pondrán en el camino a los candidatos de la MUD, en forma individual y colectiva, así que prepárese para ver la más grande campaña de abusos gubernamentales y hasta sonidos y videos “comprometedores” producto de ese permanente espionaje a la esfera privada de los venezolanos de oposición.
Pero tenga usted la certeza de que cada uno de esos obstáculos será superado con la misma sabiduría y sagacidad política observada en los últimos años, época reciente cuando las fuerzas democráticas de la oposición decidieron unirse en la MUD por encima de todas las diferencias para alcanzar el gran propósito: rescatar a Venezuela del hundimiento actual provocado por la demostrada incapacidad de quienes nos han gobernado durante estos últimos 16 años.
De aquí al 6-D pareciera que hay poco trecho pero serán duros meses que deberán sortear uno y cada uno de los candidatos de la MUD para cambiar la correlación de poder en el país. Comienza una verdadera batalla electoral.
@exequiades