Mientras los candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos debatían en televisión para ganar (o perder) adeptos a sus causas, Hillary Clinton, una de las candidatas más visibles del ala demócrata, estaba ofreciendo una fiesta en Los Angeles para recolectar dinero para su campaña, publica ABC.
La fiesta se realizó en la casa de Scooter Braun, el manager de estrellas pop como Justin Bieber y Ariana Grande. Las entradas para el evento se agotaron en tiempo récord, aunque cada ticket costaba 2.700 dólares. El evento de Clinton alcanzó su máxima capacidad mucho antes de empezar, ya que solo podían entrar 250 personasen la casa del manager.
Entre los asistentes destacados a la fiesta estaba el matrimonio de Kim Kardashian y Kanye West. La socialité ya había dejado caer que apoyaría a Clinton en su candidatura porque, a su juicio, estaba bien tener a una mujer de presidente. Kardashian, reina de los selfies, no pudo evitar tomarse una fotografía con la candidata. En la instantánea se coló Kanye West, el rapero y esposo de Kardashian
«Tengo mi selfie. La verdad me gustó mucho su discurso y escucharla hablar sobre las metas que tiene para el país #HillaryPresidente», escribió a través de su cuenta en Twitter. La cuenta en Instagram de Clinton publicó la fotografía a través de Instagram. «Nuevos amigos», rezaba el pie de foto.
La madre de Kardashian, Kris Jenner también asistió (y se llevó su fotografía con Clinton). Tom Hanks y Rita Wilson, el cantante Usher, la actriz Jessica Alba y su esposo, el productor Cash Warren, estuvieron entre los asistentes.
Clinton habló sobre el debate republicano, sobre cómo apoya el pacto nuclear de Irán, cómo piensa proyectar un mayor liderazgo de Estados Unidos ante el mundo.