En medio de una crisis política que la presidenta Dilma Rousseff está tratando de domar, con la coalición oficialista cada vez más deshilachada, el desahogo del vicepresidente Michel Temer, tomó protagonismo. El miércoles (5), el articulador político designado por Dilma dijo que “es necesario que alguien tenga la capacidad de reunificar a todos”. Según el editor responsable de Brasil 247, Leonardo Attuch, esa frase puede ser leída en dos dimensiones: en el Congreso, para que se entienda que no puede seguir actuando con irresponsabilidad, aprobando aumentos en el gasto público en momentos de freno en la economía. Y la segunda lectura, para que la sociedad escuche que él mismo está preparado para ser el pacificador político que el país está necesitando.
Leonardo Attuch / Brasil 247
Un día después de su frase “es necesario que alguien tenga la capacidad de reunificar a todos“, el vicepresidente Michel Temer recibió apoyos de dos importantes liderazgos empresariales: los presidentes de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, Fiesp, Paulo Skaf; y de la Federación de Industrias del Estado de Río de Janeiro, Firjan, Eduardo Eugênio Gouveia Vieira. “La industria brasileña se asocia al pedido de unión para que el sentido común, equilibrio y el espíritu público prevalezcan en Brasil” dijeron los empresarios en un comunicado conjunto. En días en que encuestas como Datafolha retratataron al gobierno de Dilma en su punto más bajo de aprobación popular, las movidas de Temer (notorio por su perfil moderador y conciliador) deben ser leídas con especial atención, incluso porque interesan cada vez más a determinados sectores de la oposición.
Temer pertenece al PMDB, partido aliado al PT en la coalición oficialista de gobierno. En el socialdemócrata PSDB, el más interesado en la ascensión de Temer es el senador José Serra. Eterno candidato a la presidencia de la República (ex ministro de Salud, ex alcalde de Sao Paulo y ex gobernador del estado de Sao Paulo), a Serra le gustaría ser para Temer lo que Fernando Henrique Cardoso fue para Itamar Franco en 1993. Como Ministro de Hacienda de un eventual gobierno de transición (en caso de que la presidencia actual se viese interrumpida), Serra se posicionaría para competir al Palacio de Planalto en 2018, por el PSDB o hasta por el PMDB.
Mientras, entre los socialdemócratas, el partido de Aécio Neves, no hay unidad. De un lado parlamentarios que apoyan a Neves (como Cássio Cunha Lima y Carlos Sampaio) piden la realización de nuevas elecciones y claman para que las protestas callejeras contra el gobierno previstas para el 16 de agosto levanten esa bandera. Del otro lado, gobernadores que son potenciales presidenciables como el paulista Geraldo Alckmin y el goiano Marconi Perillo, piden que la situación actual se arrastre hasta 2018, con el desgaste del PT, del gobierno de Dilma y del ex presidente Lula.
En los momentos más agudos de la crisis política, Temer se movió con cautela y siempre se ofreció en un rol de colaborador, al asumir la delicada misión de articulador político de un gobierno cuya base de apoyo se está deshidratando a la vista de todos. Sin embargo al hablar de reunificación, el vice cruzó la línea de la prudencia.