El volcán Cotopaxi, muy próximo a Quito y considerado uno de los más peligrosos del mundo, arrojó el viernes una columna de ceniza de 8 km sobre el cráter, que obligó a las autoridades a elevar el nivel de alerta en las zonas aledañas. Así lo reseña una nota de la AFP.
De 5.897 metros de altura y ubicado a 45 km de Quito, el Cotopaxi registró varias explosiones desde la madrugada y “una importante emisión de ceniza con una columna de 8 km”, según el Instituto Geofísico (IG).
Actualmente su actividad interna es “alta”, agregó el organismo en un comunicado. Las operaciones aéreas no han sido suspendidas.
El Cotopaxi es considerado por los científicos del IG como uno de los de mayor riesgo en el mundo, debido a su gran cono de nieves perpetuas y al alto número de pobladores que habita en sus alrededores.
En conferencia de prensa, la secretaria de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, anunció la activación de la alerta amarilla – grado intermedio de emergencia – en las zonas próximas.
“Estamos nosotros en este momento emitiendo una resolución de alerta amarilla para las provincias que son potencialmente afectadas”, Cotopaxi y Pichincha, cuya capital es Quito, informó Cornejo.
Por su parte, el ministerio de Ambiente cerró el acceso turístico al Cotopaxi, y evacuó a un grupo de 15 montañistas que pretendían escalar el volcán.
“Hemos decidido movilizar también las especies animales que se encuentran presentes en el área y trasladarlas a los centros de rescate”, declaró la responsable de esa cartera, Lorena Tapia, sin dar más precisiones.
Las autoridades siguen de cerca la evolución del Cotopaxi – cuya última erupción data de 1877 -, para determinar eventuales evacuaciones en el transcurso del día.
“Todo se está moviendo”
Uno de los guías de montaña que estaban en el Cotopaxi al momento de la primera explosión, relató que los turistas con los que iba entraron en pánico.
Sentí “susto, sin saber qué hacer al ver que todo se está moviendo. Luego el olor fuerte a azufre que se percibía en toda la montaña. Los turistas igual se desesperaban, querían salir lo más pronto posible”, dijo el ecuatoriano Franklin Varela a la radio oficial Ciudadana.
Pese a la emisión de ceniza, los aeropuertos internacionales de Quito y Cotopaxi, que sirve de apoyo al de la capital, mantienen sin mayores alteraciones sus actividades.
“Las operaciones aéreas en el aeropuerto Mariscal Antonio José de Sucre de Quito se desarrollan con normalidad, a pesar de la presencia de material volcánico en la cabecera sur de la pista aérea”, indicó la Dirección General de Aviación Civil en un comunicado.
Luego de las “explosiones pequeñas” que se registraron en la madrugada, según el IG, hubo caída moderada de ceniza que obligó a los lugareños a usar mascarillas.
Después del estallido, Gladys Moreno, una campesina de unos 45 años, de la localidad Machachi (a 24 km del volcán), debió limpiar el pasto con el que alimenta a sus vacas.
“Nos han comentado que esa hierba con esa ceniza volcánica” puede “enfermar e intoxicar” a los animales, señaló a la AFP.
Mientras tanto en Quito, una capital de 2,3 millones de habitantes, las autoridades dispusieron la entrega de un millón de mascarillas.
“Ante la nueva explosión del Cotopaxi (…), pedimos a la ciudadanía mantener la calma y tomar medidas de precaución. Estamos adquiriendo un millón de mascarillas que serán repartidas inmediatamente en diferentes puntos de la ciudad”, escribió el alcalde de la ciudad, Mauricio Rodas.
Las autoridades realizaron varios llamados a la población para conservar la calma y recordaron que la “alerta amarilla significa preparación, no evacuación”, según la secretaria de Gestión de Riesgos.
El Cotopaxi es uno de los ocho volcanes activos de Ecuador y uno de los más vigilados por los científicos.