Gracias a la película ‘Chef‘ aprendimos que lo de la comidagourmet sobre ruedas es algo que los estadounidenses se toman muy en serio. Te proponemos una ruta por algunos de los ‘food trucks‘ más populares (y sabrosos) en la muy sibarita San Francisco para que degustes un poco de ‘street food‘ de gastronomías de medio mundo. Traveler.es
Lo de pasear un mediodía entre semana por el distrito financiero de San Franciscopuede ser arriesgado. Sobre todo si tienes hambre y no te apetece especialmente hacer cola. Y es que los cúmulos de gente esperando para pedir su comida son lo que más se ve en las aceras del centro de esta ciudad a la hora de comer. Los techies aprovechan la pausa del mediodía para comprar delicatessen en alguno de los muchos food trucks que sirven la zona. Si tienes paciencia y te sumas a ellos, podrás degustar propuestas gastronómicas deliciosas y decididamente más baratas que si optas por sentarte en un tradicional (y aburrido) restaurante. He aquí algunos de los mejores food trucks sanfranciscanos:
Ideal para no quedarse con hambre y experimentar una explosión de sabores. Lo mejor es ir a por todas y pedir uno de sus burritos de cocina fusión mexicana y filipina. Atrévete con el California Sisig de carne de cerdo y relleno de patatas fritas, queso, guacamole y pico de gallo. Pide además que hagan un “silog” con él, que le añadan un huevo al mejunje, y ajusta el nivel de picante a tu gusto. La mezcla te puede parecer un tanto extraña, pero está para chuparse los dedos (que será lo que tengas que hacer porque comerse un burrito sin que se desmonte es todo un arte). La clave consiste en ir retirando el papel de aluminio con el que lo envuelven poco a poco, pero intuimos que necesitarás muchas servilletas igualmente.
Especializados en pizza napolitana cocida en horno de leña en el interior de un contenedor que ha sido transformado en una cocina ambulante. Más que un food truck, esto es directamente un camión. El menú es limitadísimo, no más de dos o tres pizzas al día, pero nunca falta la Margherita.
Lo suyo en realidad es vender pollo a l’ast y las colas sólo para eso y para sus patatas asadas con romero ya son de aúpa. Pero, si prefieres comer algo que no requiera cuchillo y tenedor, te recomendamos su bocadillo de porchetta, rúcula y cebolla caramelizada.
El nombre lo dice todo y en el menú se han encargado de que todas sus propuestas contengan este ingrediente. Está en todas partes: hay ración doble de él en la hamburguesa con carne de ternera angus, cebolla caramelizada, queso cheddar y bacon; en el sandwich casi vegetariano con grelos, pimientos asados, queso provolone, salsa sriracha picante ybacon; incluso sus galletas de chips de chocolate llevan bacon confitado.
Un clásico estadounidense, lo de los bocadillos de queso fundido y con mucha mantequilla, llevado aquí hasta sus últimas consecuencias con la inclusión de algunos ingredientes comoel pan de doble fermentación, el salami o el salmón ahumado. Opta por un Jesse James para un bocadillo de jamón cocido y queso cheddar con un toque de aceite de trufa blanca. Si prefieres algo apto para vegetarianos, y con un punto italianizante, el Giuliano lleva tomates, pesto y mozzarella.
Su chef es japonés, su cocina asiática fusión y su especialidad los buns o pequeños panecillos rellenos. Opta por los bollos hechos al vapor, en lugar de los horneados, para una experiencia más auténtica. Prueba el de panceta de cerdo con rábano encurtido y shisoverde. Si tu paladar está bien acostumbrado al picante, atrévete con el de pollo con puré de sésamo, zanahoria encurtida, pepino y cilantro.
Y es que no hay movimiento food truck en una ciudad californiana que se precie sin su propuesta para veganos. A pesar de que en su menú se puedan leer a menudo palabras como “chicken”, “bacon” o “cheeze” éstas están siempre entrecomilladas. El bacon aquí es de tempeh y los sucedáneos de pollo y queso también están hechos a partir de derivados de la soja u otros ingredientes de origen vegetal. Entre sus platos clásicos encontrarás los gofres con “pollo” frito y aguacate o la hamburguesa de remolacha, seitán, calabaza almizclera y queso de anacardos. Por no hablar de los donuts claro (que a pesar de carecer de ingredientes como la mantequilla o los huevos siguen pudiendo abusar del azúcar y grasas no animales).
¿A quién no se le hace la boca agua solo oír las palabras empanadas argentinas? Y esa es precisamente la especialidad de este pequeño puesto en el Ferry Building que también sirve sus manjares sobre ruedas. Te recomendamos la empanada de acelgas, queso y piñones; la de champiñones con parmesano y crème fraîche; o la clásica de jamón y queso. Procura que te quede un poco de hambre para pedir un alfajor de chocolate blanco de postre.
