Las relaciones entre ambos países habían mejorado desde la llegada de Santos al poder, que decidió bajar el tono de Uribe, publica El País de España.
ELIZABETH REYES L. Bogotá
No son pocas las veces que en la última década las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela han atravesado momentos de alta tensión. La mayoría de los incidentes estallaron durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), contrario a lo que ha sucedido desde que Juan Manuel Santos llegó a la presidencia, decidido a restablecer las deterioradas relaciones con Hugo Chávez, con quien se reunió a los tres días de asumir como jefe de Estado. Desde entonces ha optado por la diplomacia para resolver las diferencias.
Esta es la primera vez que Santos, tras cinco años como presidente, llama a consultas a su embajador en Venezuela. No lo hizo en mayo de 2013, cuando las relaciones se tensaron tras el encuentro que sostuvo en Bogotá con el líder opositor venezolano Henrique Capriles, quien en ese momento denunciaba un fraude en las elecciones. La molestia de Venezuela fue tal que insinuó que podía retirar su apoyo al proceso de paz con las FARC. La tormenta se prolongó por dos meses, hasta que los dos mandatarios se reunieron a limar asperezas en una población fronteriza de Venezuela.
Antes, el expresidente Uribe y el fallecido Hugo Chávez protagonizaron varias crisis y de lado y lado llamaron a consultas a sus respectivos embajadores. En 2004, Chávez lo hizo después de lacaptura del jefe guerrillero Rodrigo Granda, conocido como el canciller de las FARC, alegando que la operación militar que protagonizó Colombia fue un secuestro que se desarrolló en territorio venezolano. En 2007, se volvió a desatar una tormenta diplomática cuando Uribe decidió poner fin a la mediación que ejercía la senadora Piedad Córdoba para lograr un acuerdo humanitario con las FARC, en el que participaba Venezuela.
Un año después, en 2008, los dos países vivieron la que puede ser catalogada una de las mayores crisis de los últimos años, por el bombardeo en el que murió Raúl Reyes, uno de los líderes de las FARC. En ese momento, Ecuador, donde se desarrolló el operativo militar, pidió explicaciones a Colombia, y Venezuela, por su parte, vació su embajada en Bogotá y desplegó batallones en la frontera. En 2009, de nuevo la crisis se desató tras el anuncio de la instalación de siete bases militares de Estados Unidos en territorio colombiano. Chávez no dudó en anunciar que rompía las relaciones con su vecino .
Hace cinco años, los Gos gobiernos también llamaron a consultas a sus embajadores cuando Colombia presentó ante la OEA pruebas de la presencia de guerrilleros de las FARC y el ELN en territorio venezolano. Chávez volvió a romper las relaciones con Colombia, ordenó mayores controles en la frontera e hizo movimiento de tropas. En esa ocasión, Unasur convocó a una reunión de cancilleres. Las relaciones finalmente retomaron su curso cuando Santos logró que Chávez viajara la ciudad caribeña de Santa Marta, donde acordaron que en lo sucesivo resolverían sus problemas por las vías diplomáticas. El mandatario colombiano incluso llamó al líder venezolano, “mi nuevo mejor amigo”.