Colombia y Venezuela viven la peor crisis del mandato de Santos

Colombia y Venezuela viven la peor crisis del mandato de Santos

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Las relaciones entre Colombia y Venezuela pasan por su peor momento desde que el presidente Juan Manuel Santos llegase al poder en 2010. La decisión del mandatario colombiano de llamar a consultas al embajador en Caracas, respondida de igual forma por Nicolás Maduro, ha agudizado la crisis que el mandatario venezolano inició el pasado día 19 con el cierre de parte de la frontera de ambos países y la deportación de miles de colombianos que vivían en el país vecino. Santos ha pedido, además, la mediación de Unasur y la OEA para solucionar el conflicto.

El presidente colombiano decidió llamar a consultas al embajador después de que se frustrara un encuentro entre el Defensor del Pueblo colombiano con el gobernador del Estado venezolano de Táchira para verificar las propiedades de los deportados. La reunión era parte de los escasos acuerdos a los que habían llegado un día antes las cancilleres María Ángela Holguín y Delcy Rodríguez, durante el encuentro de seis horas que mantuvieron en Cartagena de Indias y que presentaron como un apaciguamiento de la crisis fronteriza.

Lo que comenzó con un cierre temporal de parte de la frontera desembocó en una crisis humanitaria y tiene visos de acabar en un problema regional. Este viernes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la ampliación del cierre de frontera a otros cuatro municipios más del Estado de Táchira. El mandatario venezolano aseguró que su decisión obedecía a un nuevo ataque de paramilitares colombianos contra soldados venezolanos. Según dijo, una persona había sido detenida. La decisión de cerrar la frontera el pasado 19 de agosto se tomó, precisamente, después de que tres oficiales fuesen heridos en un ataque atribuido por Caracas a paramilitares y contrabandistas colombianos.

Maduro no ha parado de insistir en que lo que pretende es “refundar la frontera” , pese a que muchos analistas creen que se trata de una medida para desviar la atención ante la grave crisis económica en la que está sumergida el país y ante las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Al decretar el estado de excepción en seis municipios fronterizos durante 60 días nadie podrá hacer campaña allí.

Por su parte, Santos, además de llamar a consultas al embajador, pidió una reunión extraordinaria de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Organización de Estados Americanos (OEA). Acudir a las instancias regionales era uno de los mayores reclamos que se le hacían al presidente dentro de Colombia, donde la oposición liderada por el expresidente y senador Álvaro Uribe, en medio de un contexto electoral por los comicios regionales del próximo 25 de octubre, han criticado duramente la actitud de Santos en esta crisis.

“Queremos contarle al mundo, comenzando por Unasur, lo que está sucediendo, porque es totalmente inaceptable”, aseguró el presidente colombiano, en referencia a las más de 6.000 personas afectadas por el cierre de la frontera por parte de Maduro, entre ellas más de 1.000 deportadas.

Más información en El País.

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