Los autores argumentan, con hechos y cifras en la mano, que es posible salir de este grave impasse entre gobierno y oposición sin caer en un largo periodo de violencia generalizada, estableciendo un mínimo de confianza entre los dos lados con ayuda de un mediador internacional, y vislumbrando, desde un inicio, un conjunto de acuerdos que se condicionan y refuerzan mutuamente. Con ese fin, se deberán conciliar las esperanzas y temores de gobierno y oposición alrededor de tres grandes temas que deberán ser tratados individualmente, así como en la relación de cada uno de ellos con los otros dos.
De esa manera podría lograrse un acuerdo global que satisfaga a los dos bandos enfrentados, identificados por los autores en un detallado diagnóstico de esta manera:
1. La nomenclatura que Chávez dejo en posesión del Estado a su muerte, y que aún controla un Estado en bancarrota pero fuertemente armado y dispuesto a usar sus armas con el solo propósito de mantenerse en el poder. También cuenta con el “legado de Chávez” , que todavía cuenta con el apoyo radicalizado del 13% de la población, y
2. La gran mayoría de los venezolanos, de todos los estratos sociales, y que las encuestas cifran ente el 75% y el 87% de la población.
La nueva mayoría, integrada por el grueso del pueblo de Venezuela, no es una mayoría circunstancial. Quiere un cambio de gobierno y lo quiere lo más pronto posible porque ha hecho un aprendizaje que se le ha metido en los huesos.
Los tres grandes temas de la negociación serian:
A. La reconstrucción de la economía.
B. La construcción de un sistema político confiable sustentado en el Estado de Derecho.
C. La construcción de una salida lo más elegante posible para quienes temen, con razón, que perdiendo el poder lo perderían todo.
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