El mundo observa atónito desde hace 17 días la torpeza de Nicolás Maduro al aplicar la lógica militar en el CNSO, provocando a Colombia en su afán de tratar de enmascarar su gravísimo fracaso y su posible derrota el próximo 6D. Así, fracasado como gobierno e igualmente en lo económico y en lo político, lleno de pánico frente a un posible y rotundo fracaso en las elecciones establecidas para el 6D, se jugó -empleando un elemento armado cómplice- una Finta Militar en el Costado Nor-Sur Occidental (CNSO) para distraer al cuerpo societal venezolano. Su gobierno fracasado más la torpeza de una Cúpula Militar Claudicante muestra al mundo la más severa regresión política de un país que está en manos de la corrupción, la economía paralela, la hipocresía política e ineptitud para gobernar a una sociedad.
La aplicación de la lógica militar muestra inequívocamente la regresión de un elemento profesional militar a una organización miliciana. Organización miliciana que de manera servil se pone al servicio de un proyecto político anacrónico y fracasado, para que el cuerpo de Generales actúe con las milicias bajo las órdenes del gobierno y sirva como instrumento a un ente político y NO a la defensa del Estado. El elemento armado miliciano no está bajo el control, las necesidades y aspiraciones de la defensa de la República, sino a los intereses de un gobierno armado de milicias distante de la concepción clausewitziana.
Gobierno fracasado más generales milicianos, se convierten en un hiato peligrosísimo creando así un Momento Político de Tensión Internacional, que bien pudiera costarle muy caro a Venezuela de acuerdo a la Teoría de las Relaciones Internacionales y también de acuerdo al adiestramiento del Pie de Guerra. La mezcla de la lógica militar con el régimen fracasado puede conducir a la República a estadios político-militares impensados, habida cuenta lo hasta ahora realizado, que después de una simple concentración armada pudiese degenerar en incidente fronterizo, razón por la cual se llamaría a una movilización que pudiera producir una situación de guerra con consecuencias impredecibles. La primera sería la suspensión de las elecciones del 6D con todos los efectos que ello encierra.
El régimen autoritario de Nicolás Maduro más la Cúpula Claudicante de Padrino López, se juegan de manera arriesgada el Momento Político de Tensión Internacional frente a la convicción -de que pudiesen estar en vías de enterrar un supuesto proyecto político que no tiene asidero en el siglo XXI y que los intereses del neomilitarismo y del radicalismo marxista residual- de defender a espalda de los grandes fracasos que significó el comunismo en el mundo. Esta grotesca maniobra apoyada por la Milicia con la aplicación de la lógica militar, muestra el desconocimiento de la Estrategia Militar postmoderna y la carencia de conocimiento sobre el sistema internacional latinoamericano.
Nicolás Maduro y el acompañamiento efusivo de una Cúpula Militar Claudicante les impide medir la peligrosa situación político-militar creada en el CNSO, que es de su entera responsabilidad y que pudiera generar graves eventos imprevistos en el CNSO. Más grave aún es que ambas absurdas conductas, tanto la militar como la política, han sido estímulo para que la sociedad venezolana termine de convencerse del fracaso total del régimen. De esta manera, ha iniciado un proceso de crecimiento político dentro de esta crisis para desconectarse de una maniobra falsa, dilatoria e interesada que no podrá separar al ciudadano común en su decisión de castigar las falsas promesas del chavismo y post-chavismo.
La sociedad venezolana, incluyendo a quienes siguieron en algún momento al proceso o revolución, está harta de promesas incumplidas, de la falsedad de un proyecto que no ha sido capaz de resolver las demandas prescritas y postergadas de la Democracia Inacabada, y tampoco puede asimilar las grotescas y protuberantes “variaciones sociales” generadas por este hiato perverso, que aspira distraer a toda una sociedad de un hecho tan trascendental del próximo 6D. Gobierno y cúpula militar responsables por las desigualdades, corrupción, cohecho y bandolerismo constataran el 6D, con el voto, el fracaso del régimen.
La sociedad está persuadida de que la maniobra, finta o acción de distracción de Nicolás Maduro y su Cúpula Militar Claudicante tiene como objeto con los Estados de Excepción dictados y extendidos, que se propone distraer, retardar y, si es posible, suspender las elecciones parlamentarias. Si fuese que Nicolás Maduro y su Cúpula Militar Claudicante no pudieran salirse de ésta fatídica maniobra en el CNSO, debiera comprender o intentar comprender que hay una sociedad que en su gran mayoría no está dispuesta a tolerar que se juegue con el derecho constitucional y a que se efectúen las elecciones correspondientes al 6D. Por ello, al pretender intentarlo podrá crearse una situación que está anunciada desde el año 2014 y se ha definido politológicamente en el Nuevo Mapa Político como Posible Explosión Social.
La maniobra en el CNSO, la finta militar como maniobra de distracción, ahorca al gobierno frente al Derecho Internacional y a la opinión pública internacional, pero más grave aún tal torpeza y el apoyo del elemento armado ha estimulado una profunda y asertiva reacción en los venezolanos, quienes al comprender el cinismo e irresponsabilidad de quienes instrumentan la política exterior de Venezuela y la utilizan para intentar desviar la atención, ganar tiempo y estimular nacionalismos enfermizos frente a una posible derrota política-electoral el próximo 6D. Deben tener claro que la gran mayoría de los venezolanos con espíritu democrático no permitirá que ello suceda.