El nuevo embajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Jesús Sierra, opinó hoy que es preferible un diálogo directo entre Colombia y Venezuela para resolver la actual crisis en la frontera que cualquier instancia o mediación internacional. EFE.
“No es que la OEA no sea un buen foro, pero pensamos que un diálogo primero entre las dos partes daría lugar a una conversación más fluida”, declaró Sierra a los periodistas, tras entregar sus credenciales al secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Su predecesor, Jorge Miranda, impidió a fines de agosto con su voto que la actual crisis colombo-venezolana se tratase en una reunión de cancilleres de países de la OEA como quería el Gobierno colombiano.
Miranda sorprendió a todos en ese Consejo Permanente, celebrado el 31 de agosto, cuando tras votar en contra de la reunión propuso a su país como mediador entre Colombia y Venezuela.
Preguntado por si Panamá mantiene esa oferta, Sierra dijo hoy que lo primero es que se de un diálogo entre las partes enfrentadas y dijo que su país está dispuesto a ayudar, pero evitó aportar más detalles en este sentido.
Sierra, exadministrador de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), fue nombrado para su nuevo cargo a finales de junio y reemplaza a Miranda, que era embajador ante la OEA desde agosto de 2014.
El nuevo embajador panameño conversó hoy durante varios minutos con el representante colombiano, Andrés González, después de la presentación de las cartas credenciales, según pudo comprobar Efe.
La actual crisis colombo-venezolana se inició a partir de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el 19 de agosto cerrar parte de la frontera con Colombia para, según dijo, combatir el contrabando y la presencia en la zona de “paramilitares” colombianos.
Tras el cierre, extendido días después a otro tramo de la frontera, se expulsó de Venezuela a colombianos en situación irregular. Según organismos de la ONU, más de 20.000 colombianos han regresado a su país desde Venezuela, la mayoría por temor y el resto (menos de 2.000) expulsados.