Vecinos de Santa Rosa en Maracaibo dicen que el Gobierno envió malandros a su barrio para matar gente

Vecinos de Santa Rosa en Maracaibo dicen que el Gobierno envió malandros a su barrio para matar gente

Maracaibo Venezuela 15/09/2015 Zulia Sucesos Se apoyaba en una pared. Sus piernas temblaban y para no caerse pidió una silla, se sentó y con el apoyo de sus vecinos, Ana Luisa Morán, madre de Héctor y Néstor, recordó detalladamente la irrupción de la Policía a su casa, en el barrio Santa Rosa de Agua."Entraron a nuestra casa y mataron a Néstor como un perro. Su hermano iba llegando y se lo llevaron preso. En la mañana lo encontramos en la morgue. Se lo llevaron vivo y ahora aparece muerto".En su relato, la mujer se atragantó con las lágrimas. Hizo silencio unos minutos, respiró profundo y prosiguió. Héctor José trabajaba en el diario, iba llegando del trabajo. "Cuando abría la reja de la casa le llegaron los policías y le dijeron que abriera la puerta o la tumbaban". Héctor colaboró, abrió la reja y entraron empujándolo y despertaron a sus 11 parientes. Sacaron a las mujeres y niños de sus habitaciones, pero al salir Néstor Luis le dijeron a la madre que se fuera. "'¡Salga de aquí!', me gritaban, pero yo me quería quedar y que me mataran con ellos".Nuevamente, el llanto enmudeció a la mujer. Tomó aliento y recordó que un funcionario la agarró por un brazo y la llevó hasta la casa de un vecino. Allí escuchó cinco detonaciones. "En segundos supe que habían matado a Néstor y vi como se llevaban a Héctor en una patrulla".  La familia pidió información de su pariente, pero no les respondieron. Al llegar a la morgue se consiguieron con que los dos hermanos estaban sin vida. No se explican dónde mataron a Héctor. "Tenía la braga del trabajo y el carnet de La Verdad, pero no les importó nada".Dos impactos de bala tenía la puerta de lata de la entrada, con dirección de adentro hacia afuera. Uno de los hijos de Néstor relató que se llevaron una bolsa de leche en polvo, una tablet y sus gomas que utilizaría para el colegio.  En la foto velorio de los hermanos Nestor y Hector Garcia en los palafitos de Santa Rosa de Agua callejon Manaure

 

Los vecinos del callejón Manaure se enlutaron desde el pasado lunes tras el operativo policial desplegado en Santa Rosa de Agua, al norte de Maracaibo, en la parroquia Coquivacoa, por parte de diferentes cuerpos de seguridad. Oraron ante los ataúdes de los hermanos Néstor y Héctor García Ortega. La comunidad denuncia abuso policial. “Santa Rosa no durmió”, señaló una vecina en referencia a las declaraciones del gobernador Francisco Arias Cárdenas, publica La Verdad.

Los aledaños al hecho lloraron la muerte de los García en el bohío el Rancho de Kenny. Lugar que frecuentaban seguidamente, en su mayoría los domingos en la mañana, cuando compraban desayunos. Desde las 11.00 de la mañana de ayer llegaron el par de féretros, la comunidad los abrazaba mientras que rendían oraciones.

Los vecinos explicaron que los hermanos eran muy unidos. No dejaron pasar la ocasión e indicaron que harían una denuncia formal por el “abuso policial” que ejerció la Policía.

Adriángela Ortega, familiar de los hermanos, dijo que los policías llegaron a buscar delincuentes pero “lo que hicieron es traer más, porque esos solo vinieron a robar”. Aseguró que las muertes del sector no pasarían por debajo de la mesa y harían todo lo posible por sacar la verdad al escarnio público.

Los cuerpos los trasladó la funeraria San Alfonso hasta el cementerio Corazón de Jesús, donde les dieron santa sepultura.

Abuso

Las pertenencias de los hermanos Jonathan y Jorge Olivares; Néstor (28) y Héctor García Ortega (35), y Eduardo Luis Moreno, no aparecieron. Tal es el caso de Héctor, que su braga y carnet que lo identificaban como trabajador del diario La Verdad no las entregaron. A los menores de edad que revisaron los golpearon e insultaron. Un joven de 15 años mostró las heridas que sufrió producto del maltrato que vivió al ser trasladado hasta el Comando de la Policía regional en el sector Los Bucares, conocido como “Los Patrulleros”.

Las marcas en su piel eran por golpes. Contó que los acomodaron en la cancha del recinto y les gritaban que eran los “malandritos” de Santa Rosa. “Decían que desde pequeños nos alimentaban con teteros de perico”. Dijo que el maltrato verbal era insoportable, al llegar los fiscales del Ministerio Público bajaron la guardia, notaron que ninguno tenía antecedentes penales, pero a su hermano, David Daniel Ortega Barroso, de 22 años, “le sembraron droga” para que se quedara detenido. En su intento por no ser sometido a castigo, sus parientes mostraron cartas de trabajo de David, “pero los policías no comieron de eso”.

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