El presidente saliente Alexander Lukashenko se aseguró este domingo la reelección para un quinto mandato al frente de Bielorrusia, tras el cierre de los locales de votación de unos comicios contestados y boicoteados por la oposición.
Por Anna MALPAS / AFP
Lukashenko, de 61 años de edad, se apresta a extender sus 21 en el poder en tanto los europeos prevén levantar las sanciones impuestas a quien Washington apodó el “último dictador de Europa”, con frecuencia acusado de graves violaciones a los derechos humanos, de reprimir a la oposición y acallar a la prensa.
Varios institutos realizaron encuestas a pie de urna y la televisión pública anunció que el presidente actual, ante tres rivales casi desconocidos, contaría con más del 80% de los sufragios.
La Comisión Electoral Central anunció que la participación fue del 86,75%, si bien en la capital, Minsk, el porcentaje descendió hasta el 73,33%.
Lukashenko buscaba un elevado porcentaje de participación para que el escrutinio fuera reconocido por los occidentales, a pesar de los llamados de la oposición a que se mantengan las sanciones contra el país.
La votación contó con observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), pero los opositores consideran que el presidente ya hizo trampas en el juego impidiendo a sus dirigentes presentarse a las elecciones.
La importancia de estos comicios no despertaba expectativas por el resultado sino porque pesarán en la decisión que la Unión Europea (UE) tome sobre las sanciones impuestas en 2011 a Minsk, a raíz de la violenta represión consecutiva a la polémica reelección de Lukashenko en 2010.
“Los occidentales quieren sobre todo asegurarse de que no hay nuevos arrestos de opositores, violencia, ni persecución de la prensa”, explicó un diplomático a la AFP.
Lukashenko, en el poder desde 1994, multiplicó en los últimos meses los gestos de buena voluntad, sobre todo liberando a seis opositores encarcelados, incluido uno de sus antiguos rivales de las presidenciales tras cinco años en prisión.
La liberación fue apreciada por Bruselas que a fin de mes tomará una decisión sobre las sanciones.
– ‘Dictablanda’ –
Ninguno de los pesos pesados de la oposición ha sido autorizado a participar, en cambio, en las elecciones del domingo. La oposición llamó a boicotearlas y exigió a la UE el mantenimiento de las sanciones.
La flamante ganadora del Nobel de Literatura, la bielorrusa Svetlana Alexievich, dijo el sábado en Berlín que cualquier acercamiento con la “dictablanda” de Lukashenko sería un error.
Lukashenko “no es un hombre digno de confianza”, es “un ‘hombre soviético’ y no va a cambiar jamás”, dijo Alexievich, que denunció que las elecciones estaban amañadas.
Tatiana Korokevich, de 38 años, fue la única candidata opositora que esbozó una campaña electoral, reuniéndose con votantes y concediendo entrevistas.
Según el último sondeo del Instituto de Estudios Políticos, el 47,5% de los bielorrusos apoya la candidatura de Lukashenko, contra 7,2% para Korokevich.
Los otros dos candidatos, Serguei Gaidukevich y Nikolai Ulajovich, obtendrían un apoyo de casi cero.
“Aquí el presidente tiene mucho poder, desde temas de seguridad a la economía. Actualmente alguien que lleve falda no puede tener este tipo de atribuciones”, dijo Lukashenko tras emitir su voto acompañado de su hijo Nicolai, de 11 años.
Asimismo, el presidente saliente advirtió a la oposición que no toleraría eventuales manifestaciones tras la votación, como ocurrió en 2010.
“Los colegios electorales cierran a las 20H00 (17H00 GMT) y les aconsejo respetar la ley. Ustedes saben qué podría pasar”, reiteró.
Desde el inicio de la crisis ucraniana, Alexander Lukashenko maniobró hábilmente para imponerse como mediador entre Rusia y los europeos, hasta el punto de acoger en Minsk las negociaciones de paz de Kiev con los separatistas prorrusos.
Rusia, que ayuda financieramente a su vecino, desconfía por su parte de los intentos de acercamiento de Lukashenko a los países occidentales.
Poco después del lanzamiento de la intervención rusa en Siria a finales de septiembre, el presidente Vladimir Putin reiteró su voluntad de extender la presencia militar rusa en Bielorrusia, con una base aérea.
Lukashenko se opone, pero pide armas a Moscú para, según dice, poder defender codo con codo su territorio frente a las fuerzas de la Alianza Atlántica. AFP