Cuando revisamos cada acto del diosdado-madurismo y sus promotores, comenzando por el propio Presidente, nos planteamos la duda en relación con la motivación de ellos, y lo primero que nos preguntamos es si en realidad actúan convencidos de que se favorece a la población con cada disparate que anuncian, si es acaso que subestiman la inteligencia del venezolano o existe una actitud ex profesa de burla y provocación contra la mayoría de los venezolanos.
Podríamos, por ejemplo, preguntarnos ¿creerá de verdad el Presidente que los aumentos de sueldo anunciados a lo largo de su gobierno han logrado compensar los altos costos de la vida determinados por la galopante inflación que sufre el país? ¿Tendrá una idea este señor, de la realidad que representa comprar con los niveles de sueldo en bolívares y pagar a precios de divisas? ¿Habrá calculado acaso cuánto es el promedio mensual en dólares que devenga la mayoría de los venezolanos, sólo comparable con los que impone su adorado, fracasado e imitado gobierno de Cuba? ¿Estarán conscientes del incremento de la escasez de productos, especialmente de alimentos y medicamentos, que se generará con la profundización de los controles y restricciones contra lo poco que queda del sector productivo nacional? ¿Se habrá puesto a pensar en algún momento, porque la huida masiva de venezolanos al exterior, solo comparable con la estampida que ha venido soportando Cuba a lo largo de todo el régimen castrista?
Por otra parte, ¿puede alguien creer las afirmaciones del Presidente de que a estas alturas de su desastre, “80% de los venezolanos rechaza a la oposición”? Y la desfachatez y el ridículo se ponen de nuevo de manifiesto, con funestos personajes como Diosdado y Pedro Carreño, apuntando sus venenosos dardos nada menos que contra personajes de alta calificación moral y profesional como el empresario Lorenzo Mendoza y el economista Ricardo Hausman, colocados en la mira de la descalificada y secuestrada justicia venezolana, por el presunto delito de “traición a la patria”, por pensar y mantener la posición que hoy tenemos todos los venezolanos conscientes de la necesidad de plantear las soluciones que consideramos convenientes para sacar al país del foso en el que se encuentra hundido, apelando a mecanismos de financiamiento mundialmente válidos, entre los que no se puede descartar al Fondo Monetario Internacional. Y cualquiera creería que de verdad el FMI es el “coco” al que le teme el régimen diosdado-madurista, si no se supiera que calladamente no solo mantiene negociaciones con la institución sino que tiene, además, una representación gubernamental en su seno. ¿Cómo la ven?
Pero aunque son reiteradas las actuaciones gubernamentales de este tipo, no dejan de sorprendernos por la imaginación y amplia variedad de trucos que aplican, cada vez con mayor énfasis a medida que se acerca el ansiado momento de las elecciones destinadas a iniciar el rescate de la institucionalidad venezolana. Son tan evidentes las intenciones de mantener el burlón engaño, acompañadas de una creciente provocación contra lo que hoy constituye el sector mayoritario de la población, que nadie hoy, incluyendo a sectores del propio Psuv, les cree; pero entienden el carácter distraccionista de su actuación, ante realidades tan concretas como la quiebra económica, el acelerado desmejoramiento de la calidad de vida de venezolano y algo que a cada momento se manifiesta en distintos lugares del mundo, como son los actos de corrupción en las que se involucra a instituciones tan fundamentales para la nación como nuestra Pdvsa.
Por eso insistimos: nada de caer en provocaciones. Los venezolanos tenemos una oportunidad de iniciar la recomposición del país, a partir del 6 de diciembre próximo, y pese a los obstáculos que se nos interpongan, de la prudencia y el tino con los que nos manejemos en los próximos días dependerá el merecido triunfo que cada día se acerca más. Todos a votar.
Twitter: @JJMorenoA