Los trabajadores petroleros de Brasil, que iniciaron una huelga nacional el domingo, dijeron hoy haber paralizado totalmente 22 de las 44 plataformas que la petrolera estatal Petrobras opera en Campos, la cuenca marina responsable por cerca del 80 % del crudo extraído por el país.
La Federación Única de Petroleros (FUP), la mayor central sindical del sector en Brasil, informó en un comunicado de que en la madrugada de este lunes la huelga se había extendido a 34 plataformas marinas de Petrobras en la cuenca de Campos, de las que 22 están “totalmente paradas”.
Otras siete de las plataformas afectadas por la paralización operan con restricciones y las restantes cinco fueron entregadas a equipos de emergencia enviados por la petrolera estatal para impedir su paralización.
Los trabajadores de “tan sólo diez de las plataformas de la cuenca de Campos se abstuvieron de adherir al movimiento”, según el comunicado de la FUP.
El balance de la huelga en la cuenca de Campos fue reportado por el Sindicato de Petroleros en el Norte Fluminense (Sindipetro-NF), uno de los sindicatos afiliados a la FUP.
La central sindical convocó la huelga a nivel nacional para protestar contra el plan de venta de activos de la estatal, mayor empresa del país, así como contra la suspensión temporal de las obras de construcción de importantes plantas, como la refinería Abreu e Lima.
Petrobras, protagonista de un gigantesco escándalo de corrupción que ha dificultado sus captaciones, anunció este año un plan de desinversiones para hacer frente a sus problemas financieros y a su elevada deuda líquida.
Según la FUP, los trabajadores de Petrobras en al menos diez de los 27 estados brasileños se adhirieron a la huelga.
Además de paralizar la mayoría de las plataformas de producción en la cuenca de Campos, los huelguistas ocuparon el Terminal de Caiúnas (Tecab), una importante base de la estatal en el norte del estado de Río de Janeiro y a donde llega parte del crudo extraído en las bases marinas.
Según la FUP, la huelga tuvo un 100 % de adhesión en las refinerías de Paulinia (Replan) y Mauá (Recap).
Pese a las informaciones de los sindicalistas, Petrobras informó la víspera que la huelga no afectaba ni la producción ni la distribución de combustibles en Brasil y que había enviado equipos de emergencia para asumir el control de instalaciones con trabajadores de brazos cruzados.
Los huelguistas alegan que el nuevo Plan de Negocios y Gestión de Petrobras, en el que fueron excluidas cuantiosas inversiones y se plantea la venta de numerosos activos, afectará negativamente a un sector que ya enfrenta problemas por la baja del precio del crudo y el escándalo de corrupción en la estatal.
La estatal, además de suspender temporalmente algunas inversiones en refinerías y otras plantas que tenía en construcción, se propone vender activos por hasta 15.100 millones de dólares entre este año y el próximo, tanto en Brasil como en el exterior.
“El recorte de inversiones, la venta de activos, la interrupción de obras y la paralización de proyectos impactan en el desarrollo del país y en la soberanía nacional”, alega la FUP. EFE