El chavismo tiene la pretensión de que la oposición le reconozca el triunfo antes de realizarse efectivamente el acto electoral del 6D; para ellos estas elecciones sólo pueden tener un resultado posible: la victoria del PSUV.
Para convertir esta pretensión en una profecía auto-cumplida no sólo están haciendo uso y abuso del sistema nacional de medios públicos, sino que los poderes del estado que deberían ser independientes se han sumado al esfuerzo. En sendas entrevistas que el político y comunicador chavista José Vicente Rangel les hizo a las máximas autoridades del CNE y el TSJ, Dra..Tibisay Lucena y la Dra. Gladys Gutiérrez, respectivamente; se hizo patente la alineación de opiniones y la disposición a apoyar abiertamente la voluntad del régimen de que había que defender un determinado resultado electoral y no el resultado electoral que es a lo que obliga la Constitución y la naturaleza del acto electoral.
Más allá o más acá de que en todo acto competitivo como es el caso de las elecciones no puede haber un resultado predeterminado por la naturaleza misma proceso, lo que el régimen pierde de vista es que el resultado de la competencia para que sirva al objetivo institucional prescrito como es la renovación de los miembros de la Asamblea y la estabilidad institucional, debe ser creíble.
Lo que el régimen borra, como resultado de su delirio socialista es que somos un país con más 200% de inflación acumulada en lo que va de año, con un desabastecimiento en algunos productos básicos de hasta el 90%, con desabastecimiento en medicinas del 70%, con racionamientos severos de servicios básicos como electricidad y agua. En estas condiciones no es creíble ni siquiera para la propia militancia del PSUV una victoria electoral oficialista y esto es un problema de enorme gravedad que opera una verdadera trasposición de las pretensiones del chavismo porque si ganara no tiene como hacer creíble ese resultado, teniendo el efecto paradójico de terminar de hundir la institucionalidad que hasta ahora les ha servido de soporte.
Y lo más importante, sea cual sea el resultado del 6D, lo único que garantiza la estabilidad del régimen es que se pueda presentar un proyecto de reformas creíble que sea capaz de dar confianza a los ciudadanos de que los actuales problemas sobre todo los ocasionados por la inflación, el desabastecimiento, la escasez y la inseguridad se acabarán en el corto plazo. De no ser así este país entrara en una dinámica política inédita, de inestabilidad política, social económica que generará una situación de alta incertidumbre.
Más claro, la estabilidad del régimen chavista no depende de la propaganda, la intimidación o la represión, ni siquiera de una hipotética victoria electoral, sino de su voluntad y capacidad para generar confianza y en esto es donde reside su verdadero problema. Es un reto que hasta ahora los desborda.
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog