Maduro apenas balbucea de soslayo sobre un nuevo “ataque imperial” y la primera combatiente ni eso, se negó a responder cuando en Ginebra fue consultada por la periodista de la agencia Reuters, Stephanie Nebehay, mientras salía de la sesión especial de la ONU junto a su pareja.
“Le acabo de preguntar a la esposa de Maduro acerca del arresto de sus sobrinos. Ella entendió pero repetidas veces se negó a responder”, escribió Nebehay en su cuenta en Twitter.
Las repuestas quedaron para los segundones.
Tania Díaz dijo que la detención de los sobrinos por parte de la DEA es una total mentira. “La DEA no ha ratificado esa supuesta información”, declaró en una entrevista en el canal Venevisión.
Y el diputado psuvista Earle Herrera se guindó con escasa habilidad diciendo en un mitín en El Tigre, estado Anzoátegui, que la detención era una “infamia internacional” contra la pareja presidencial.
Más sigiloso resultó ser el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, un personaje que es capaz de hablar de cualquier tema con tal de salir en televisión, nos sorprendió a todos al negarse rotundamente a deleitarnos con un recital de poesía donde, por ejemplo, nos declamará algo así como:
“Los sobrinos son pero no son
y si por alguna razón son,
ellos aunque son
no tienen la culpa de lo que son”
Tarek optó por un cómodo “no tengo competencia” para declarar sobre ese caso.
Al sabelotodo de Miguel Pérez Pirela los nervios lo traicionaron y le dio por la incómoda ambivalencia que a lo mejor le cobran y se queda sin empleo. Sin romper de un todo la “línea” de negar lo obvio, afirmó: “no lo voy a creer a menos que me lo demuestren… Somos gente seria, honesta y gente leal”. Para permitirse de inmediato colar la duda al señalar que cuando “sea confirmada” dicha información con ‘verdaderas pruebas’ el “que tenga que ir preso, que vaya preso y bien preso”.
Afortunadamente, después de tantos desaciertos, los venezolanos pudimos contar con la sabiduría de un Diosdado quien lanzó una “rabo e’ cochino” con eso de que los sobrinos son “mayores de edad”, lo que permite una lectura para todos los gustos.
Además, a ellos los agarraron como al “Chapo” Guzman, sin ni siquiera un tubo de perico encima, por tanto no fueron “detenidos sino secuestrados”. Todos esperamos que los sukhoi enciendan los motores y entrompen hacia Nueva York o en su defecto el genio de Roman Chalbaud nos obsequie una versión bolivariana de la película “Argo” para rescatar a los querubines de Cilia y Nicolás de las garras del imperio.