El régimen, sabe que se equivocó y defraudó al pueblo. Su gestión exhibe al más desacertado desempeño de toda la historia política del país. El crujir de la inminente caída empieza a revelarse en el miedómetro de la cúpula roja. Es por ello que Nicolás Maduro, semejante a un guapetón de barrio, que sabe que no tiene el mismo apoyo de quienes eran sus seguidores, y además, que está seguro que va a perder, trata de llenarse de valor y reitera sus amenazas. Así lo reiteró en su programa “En contacto con Maduro” el 17/11/15: “Les apagamos el televisor y nosotros sabemos como… ustedes pónganse a rezar… porque la revolución triunfa el 6D, pónganse a rezar desde ya para que haya paz y tranquilidad… porque si no, nos vamos para la calle, y en la calle nosotros somos candela con burunganda.” [Sic]. Estas formas de proceder son impropias de un gobernante. En cualquier tiempo, y menos en elecciones, es improcedente usar el poder de la comunicación desde los Poderes Públicos, para amenazar al pueblo. En sí, esta manera de actuar, es la más exagerada hipérbole del abuso, y la menos oculta, de las cobardías.
Pero quien sabe que la revolución destruyó a los sectores de producción, debilitó al bolívar y empobreció al pueblo, por encima de amenazas y contra la torturante escasez, inflación y racionamiento, el 6D, muy temprano y de manera masiva, va a votar. Y esta vez, el voto castigo se impondrá de manera contundente e inaplazable, contra el gobierno de Maduro.
Pareciera, que esto altera las cápsulas suprarrenales de la cúpula roja, comenzaron a drenar la adrenalina más perturbante y desorientadora. Bien cabría intervenir a aquellas palabras de Don Quijote de la Mancha: “Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero os acomete”, por: “Non fuyades, que un solo pueblo os acomete.” Y en suma, podemos decir, que esta acometida será de votos, la más noble de la civilización humana.
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielmam@gmail.com