Luego de los hechos acontecidos en París el pasado viernes 13 de noviembre, cuesta aceptar que los tiempos venideros estarán marcados por el terrorismo en muchas de sus formas.
Fernando Mires, politólogo y sociólogo chileno, señalaba hace pocos días que “la guerra ha comenzado”. La Tercera Guerra Mundial. No es un anuncio tremendista: ya en el pasado mes de Septiembre, el propio Papa Francisco así la había denominado.
Sin duda, clarísimos actos de terrorismo son los sucedidos en París. O también el muy reciente atentado contra el avión ruso que cayó en el Sinaí, el derribo de las torres gemelas en NY en 2001, la masacre de Beslán en Rusia donde murieron 171 niños, los atentados en Madrid, Londres, Beirut, Moscú, Mosul…
Terroristas son el Estado Islámico, Al Qaeda y el actual dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un. También lo son Hezbollah y las FARC, movimientos cercanos y afines al régimen chavista. Así mismo Gaddafi y Saddam Hussein, amigazos de Chávez, par de personajes cuya ausencia terrenal, vale decir, hace que el mundo sea algo mejor.
No es casualidad que los gobernantes a los que les gusta el totalitarismo terminen aficionados al terrorismo. Cuando no es un sinónimo, es una consecuencia.
Sin embargo, para nosotros los venezolanos ese alejado término “terrorismo” se hace más cercano cuando precisamos qué es terrorismo. Y terrorismo viene siendo la búsqueda del control y la dominación de las sociedades a través del miedo y el terror a partir de actos violentos. Terrorismo es coaccionar y presionar con violencia – activa o pasiva – para imponerse.
Una clase de terrorismo muy disimulado por lo aparentemente no violento, puede pasar inadvertidamente en algunas sociedades que creen que el tema no les atañe. “Eso no es conmigo”, piensan.
Veamos.
Un país que por estrategia de sus gobernantes no se ocupa de la seguridad ciudadana y contabiliza un promedio de 25.000 homicidios anuales, es un país sometido a un tipo muy particular de terrorismo.
Dice mucho sobre terrorismo que cuerpos de seguridad de al menos tres países hayan “detectado viajes de miembros de grupos irregulares conectados con el extremismo islámico, en los que los sospechosos portaban pasaportes venezolanos legítimos”, tal como se reseña en un artículo titulado “Venezuela: Pasaportes para el Terror”.
¿Cómo se explica que un individuo de nombre Rahman Alan Hazil Mohamed, detenido en el aeropuerto londinense de Gatwick llevando una granada de mano, porte un pasaporte venezolano?
Existen reportes sobre la presencia de terroristas del Estado Islámico justamente en Trinidad y Tobago. Es decir, justo al lado de nosotros. ¿No es esto una seria amenaza para el país?
El hecho de que autoridades de un país tengan a mano brigadas de motorizados y colectivos ilegalmente armados que recorran calles para infundir miedo a una población determinada solamente porque esta piensa diferente, es un acto asociado al terrorismo.
Es una forma de terrorismo económico el propiciar la quiebra en masa de comercios y servicios mediante la aplicación de leyes coercitivas y de acciones discrecionales que buscan acabar con el sustento de miles de personas.
Se puede decir que terrorismo laboral es el que aplica un Gerente del Seniat al amenazar a trabajadores del sector público exigiéndoles pruebas de sus votos a favor de la opción oficialista en las próximas elecciones. En el entendido que de no cumplir esas órdenes, perderán sus empleos.
Finalmente, se busca crear terror cuando un gobernante con todo el poder y las armas de que dispone advierte a la población diciéndole que “la revolución triunfa el 6D, pónganse a rezar desde ya para que haya paz y tranquilidad… porque si no, nos vamos para la calle , y en la calle nosotros somos candela con burrundanga”.
El terrorismo tiene muchas caras. Y unas muy cercanas a nosotros.
Por eso es que los hechos de París hicieron que tanta gente en Venezuela se sintiera identificada.
No se puede, como en algunos casos se ha pretendido, simplificar las cosas comparando los hechos de París en cuanto a número de víctimas con los cientos de asesinados semanalmente en Venezuela. Es imposible limitar a números fríos tanto lo que ha sucedido en París como lo que ocurre a diario en Venezuela. Sería tener la vista muy corta.
El tema del terrorismo es de mucho mayor alcance. Lamentablemente.
Por eso, no permitamos que germinen las semillas de terror que han sido sembradas en los últimos años en Venezuela.
El 6D vota contra el terrorismo.
El 6D vota por la Paz.