En la medida que nos acercamos al ansiado 6D se evidencia, con hechos y palabras, la cualidad del adversario que nos corresponde enfrentar en estos momentos y derrotar en las elecciones parlamentarias con el voto sobradamente mayoritario de las personas conscientes de la situación que sufre nuestra querida y muy maltratada Venezuela.
A cada momento surgen nuevos indicios sobre la peligrosidad del terreno que pisamos quienes estamos decididos a frenar el desastre que pretenden perpetuar en el país los sostenedores del actual régimen.
No son casuales ni fabricados como acostumbra gente del régimen, los amedrentamientos armados en detrimento de líderes fundamentales de la oposición, como en los más recientes ataque armado contra Henrique Capriles, en Yare, y el acorralamiento de colectivos armados contra la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, en Cojedes; ni las veladas amenazas que parten desde la propia cúpula gubernamental y más concretamente del propio Presidente de la República que, claramente, incitan a la violencia con expresiones que llaman a impedir “como sea” el triunfo electoral oposicionista e incluso desconocerlo; no son tampoco casuales las revelaciones que se dan a conocer en diferentes países del mundo sobre la participación de personas de alguna manera allegadas al gobierno en delitos como tráfico de drogas, lavado de dinero sucio a través de organismos del Estado venezolano, de la categoría de Pdvsa (caso Banco de Andorra), y de manera personalísima precisamente por el verdadero jefe del chavismo en la actualidad; compra fraudulenta de alimentos (casos “Pudreval”, y arroz argentino con una hija de Chávez como protagonista) y demás actos de corrupción que salen a la luz pública de una manera reiterada, tanto en lo interno como en lo externo del país; pues cada vez que explota un escándalo (Argentina y Brasil, entre los malos ejemplos) gente del régimen venezolana figura entre los involucrados. ¿Y qué decir de la trampa del grupo encabezado por el saltarín de talanquera de Petare, William Ojeda, avalada tanto por el Presidente de la República como de la máxima autoridad electoral del país, de tratar de confundir a electorado en circunscripciones de los estados Miranda y Aragua donde la verdadera unidad opositora exhibe una notable ventaja sobre el oficialismo?
Habla también mucho sobre la cualidad del bando oficialista, el lenguaje sin contenido lógico, obsceno y escatológico de funcionarios del Estado cuya condición de líderes los obliga a constituirse en ejemplo de buenas costumbres y de expresión. Pero no son precisamente ejemplares las expresiones que suelen salir de las bocas de los máximos jefes de los poderes Ejecutivo y Legislativo en Venezuela, especialmente en la manera de referirse a personalidades reconocidas por sus invalorables aportes a lo que hemos alcanzado como país; como tampoco se corresponde con la majestad de los cargos que ocupan, las respuestas inocuas y extremadamente ridículas con las que suelen enfrentar a quienes exponen argumentos contrarios a sus “ideas”.
Resultan realmente vergonzosas para la dignidad de los venezolanos, las ofensivas respuestas de Diosdado Cabello contra el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en cuanto a la situación planteada en relación con las venideras elecciones legislativas. Advertimos, en primer lugar, que el militar de relativamente baja jerarquía y sin méritos conocidos, hoy en funciones de legislador, no alcanza ni medianamente la talla intelectual y profesional del diplomático uruguayo, para descargar contra su persona un odio tan irracional y soez; como tampoco las de Freddy Bernal con sus huecas declaraciones sobre la posición, reiteradas esta semana por Almagro, sobre las irregularidades del actual proceso. En segundo término, debemos recordar que el documento divulgado por Almagro en su oportunidad, en relación sobre este proceso mundialmente cuestionado por el corrupto y descarado manejo por parte de los diversos representantes del régimen, contiene todo un compendio de criterios y denuncias harto fundamentadas sobre los aspectos irregulares de la actual campaña electoral venezolana que las autoridades del país pretenden desconocer, pese a las reiteradas denuncias internas, y sobre cuyo contenido de fondo ambos personajes del chavismo exhiben una craza superficialidad e ignorancia en sus respuestas.
Por lo indicado y mucho más, que nos llevaría, a la elaboración de un amplio listado de hechos y palabras que nos ubican en la realidad que enfrentamos todos quienes expresamos ideas contrarias y denuncias sobre las irregularidades del actual proceso electoral, debemos insistir en las recomendaciones de mantener un amplio sentido de cautela en nuestras actuaciones, evitar caer en provocaciones y marchar convencidos de la oportunidad histórica que se nos presenta de propinarle la inevitable derrota el 6 de diciembre a los malandros que nos gobiernan.
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