En la campaña electoral que llega a su final, la perspectiva centralista del proceso electoral en curso arropó los graves problemas que vivimos en las regiones, muy especialmente el Zulia, un estado fronterizo hoy lleno de calamidades por doquier. El peso de los candidatos, los partidos políticos y la cobertura mediática de sus actividades, genero la impresión de que la elección es un proceso único, con actores centrales donde la dinámica de las regiones poco importo o se diluye en el comportamiento electoral nacional.
Una ojeada a lo ocurrido en otras elecciones con una alta simetría al actual proceso electoral, nos permite advertir candidatos que concitaron el apoyo de los electores extendiéndose hasta el voto, sin embargo, es preciso considerar que muchas de las entidades viven ahora una dinámica de cambio profundo abriendo espacios a nuevos actores arraigado a sus terruños. La perspectiva de cambio regional sobre la evolución de las preferencias muestra un cuadro mucho más inestable de lo que muchos advierten; esto significa que, para cualquiera de las dos fuerzas polarizantes políticamente, el estado Zulia es el comodín del poder político central.
Advierto que de continuar estas políticas asociadas lejos del sentir de la gente, los cambios pueden tomar tanto un sentido positivo como negativo, nunca intermedio. La percepción del pueblo es que todo anda mal, muy mal y hay que cambiar urgentemente este estado de cosas que nos asfixia. Los partidos y candidatos frente a este escenario cambiante y sumamente estrepitoso deben asumir posiciones distintas.
Estas elecciones convocadas sin retorno alguno para este domingo 06 de diciembre del 2.015 tienen la obligación de reivindicar la eficacia de las regiones, los partidos y los candidatos tienen el deber de enfocar sus mensajes en una oferta y actuación a futuro que concilie lo nacional con lo regional, lo central con lo local, lo que puede hacerse desde el centro para potenciar a las regiones y resolver problemas estructurales que deben involucrar la atención del centro y la del conjunto del país.
La fuerza de los estados hoy no tiene precedente; sin embargo, también existe la fundada convicción sobre la necesidad de una nueva relación entre el gobierno nacional y las entidades regionales, de allí que tengo la certeza que los principales problemas de las regiones implican la corresponsabilidad de muchos dirigentes que piensan que el centro del poder los es todo y olvidan sus orígenes y en muchos casos tienen una participación importante en la desmembración del avance descentralizador de los estados.
Particularmente pienso que los próximos diputados deben luchar para que el centralismo le devuelva a las regiones lo que este gobierno nacional le arrebato y muy especialmente a los zulianos el puente, el puerto, la ley de asignaciones especiales, las fincas confiscadas a sus antiguos dueños, el aeropuerto y la autopista de Occidente entre otras muchas cosas nuestras, porque si no nos los devuelven, la recuperaremos nosotros mismos.
La experiencia y el saldo de casi quince años de gobierno (socialismo del siglo XXI) es que el país y las regiones son un total desastre consecuencia de un modelo económico agudamente centralista y fracasado. Debemos ganar y marcar el inicio de un nuevo diálogo entre todos los venezolanos, para lograr la reconciliación del país con lo mejor de sí mismo. Definitivamente es necesario, vital desterrar el centralismo y renazca la descentralización para construir un mejor país, la lucha será centralismo vs descentralización
Twitter @joaquinchaparro