Hoy la Venezuela bonita, emprendedora, respetuosa y tolerante amaneció de fiesta. Nuestro regocijo no solo se debe a que triunfó la tendencia más afín a nuestro pensamiento, sino porque se le bloqueó el camino al proyecto político más atrasado, populista y manipulador de que se tenga noticia en la historia contemporánea de Venezuela y posiblemente de Latinoamérica. “Que bonita es la victoria cuando Dios nos la concede” dice una canción. Yo sabia que ayer les ganaríamos el juego que llaman el “bonito”, por eso anoche, me comí un dulce de lechosa que me dio la señora Celina y soñé con el mejor futuro para nuestra nación.
Quiero reconocerle al pueblo venezolano, que con valentía y arrojo superó el amedrentamiento, el chantaje y el miedo transmitidos por el gobierno. Aunque parezca un chiste, quiero agradecer al gobierno su exitoso desempeño como jefe de campaña, sus torpezas y mala fe abonaron el terreno para dilapidar el mayor capital político de que se tenga noticia en Venezuela. En toda contienda, juegan a favor nuestros aciertos pero también los errores del adversario y en esta oportunidad el chavismo sobrevaloro el legado político que había recibido y subestimó el espíritu libertario del pueblo venezolano. El gobierno se cansó de hablar de generales y de guerras y los derrotó el “General Hambre”. Ahora deberán repensar su porvenir entendiendo que los humanos aprendemos más de las derrotas que de las victorias.
Reza un proverbio: se debe ser gallardo en la derrota y magnánimo en la victoria, por eso le corresponde a la alternativa democrática analizar fríamente la inmensa responsabilidad que le ha entregado el pueblo venezolano, no debe haber lugar para equivocaciones porque del amor al odio solo hay un paso. Los errores del pasado nos deben alumbrar el camino del presente y del futuro, se debe entender que aun cuando el chavismo sufrió una derrota, seguirá siendo una opción política respetable. Hay una gran cantidad de venezolanos que todavía los acompaña y merecen nuestro respeto democrático. Debemos dejar de lado el revanchismo y dedicarnos a restañar las heridas de la gente, privilegiemos la suma y la multiplicación y minusvaloremos la resta y la división.
A nuestros presos políticos: el día en que llegue el carcelero con las llaves está cerca. A quienes estaban pensando irse del país después del 6D: ¡desempaquen las maletas, este es el mejor país del mundo! A nuestros hermanos que han tenido que partir ¡los esperamos pronto en casa para reconstruir juntos nuestro país!. Al niño Jesús: ¡Gracias por el regalo navideño!; al pueblo ¡Feliz democracia!
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv