Una desagradable sorpresa se llevó Reina Meléndez el domingo cuando fue a encender su vehículo y no prendió por falta de batería. El acumulador no se descargó, simplemente no estaba.
Durante las seis horas que estuvo en la fila para votar en la Unidad Educativa Santéliz Peña en El Tigre, manos ajenas abrieron el capó de su Cherry QQ y cargaron con el generador eléctrico. “No sé cómo hicieron, pero rompieron la guaya para abrir el carro”.
La mujer recién había comprado la batería el 14 de noviembre por 7.614 bolívares, después de amanecer en una cola. Ayer de nuevo intentaba adquirir otra en el centro de servicio Duncan.
Algo similar le ocurrió al esposo de Josefina Cedeño cuando aparcó su Honda Civic en las cercanías del mercado municipal de El Tigre. “15 minutos fueron suficientes para que le robaran la batería”, dijo la mujer.
A un cliente del Banco de Venezuela en Guanipa también le pasó lo mismo. Entró a la entidad a llevar un cheque y cuando salió el acumulador del Chevrolet Optra había desaparecido.