Son las niñas de sus ojos. Kim Jong Un, el líder de Corea del Norte, las eligió una a una para formar la banda de música pop Moranbong. Un grupo que representa la imagen más moderna del anquilosado régimen comunista de Pyongyang y su arma de propaganda más eficaz. Este fin de semana tenían que debutar en Pekín, pero sus conciertos se suspendieron a última hora sin explicación alguna.
Isidre Ambrós / La Vanguardia
Ellas son jóvenes, parecen alegres, y con sus canciones pop, sus pudorosas minifaldas y sus alabanzas al régimen insuflan un poco de aire fresco y hacen las delicias de los norcoreanos. La quincena de chicas que integran la banda Moranbong han logrado el objetivo que se impuso Kim Jong Un cuando impulsó su creación: dar una imagen más actual del régimen más aislado del planeta.
Se han convertido en un fenómeno social que ha impuesto un estilo propio entre la juventud de la élite norcoreana. Llevan el pelo corto, suelto, se han subido la falda más allá de la rodilla y calzan zapatos de tacón alto. Signos de apertura impensables hasta hace poco en la sociedad norcoreana.
No obstante, no hay que llevarse a engaño. Las Moranbong son oficiales del ejército con minifalda. Son fieles al régimen y lo demuestran en todo momento. Se prodigan poco. Sólo actúan ante el Partido de los Trabajadores y el Gobierno, y la mayoría de sus letras cantan las excelencias de su país o de su líder a ritmo de pop sinfónico y violines eléctricos. Las únicas excepciones son el tema de la película Rocky y My way, de Frank Sinatra. Y al final de cada canción realizan un saludo militar al público.
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