La petrolera Petrobras, la mayor empresa de Brasil, inició este año un proceso de venta de activos y de reestructuración para enfrentar una grave crisis que la redujo de tamaño pero que le permitirá en un futuro ser más rentable y productiva, dijo hoy su presidente, Aldemir Bendini.
EFE
“Pueden esperar en unos cuatro años una empresa en un escenario más positivo. Será menor, más pequeña de lo que ya fue, pero más rentable y con mayor capacidad operacional”, afirmó el ejecutivo en un desayuno con periodistas.
El presidente de la empresa responsable por cerca de la décima parte del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño dijo que el plan de desinversión por valor de 15.000 millones de dólares que la empresa inició en 2015 tendrá su clímax en 2016, con la venta de numerosos activos.
“El objetivo era que este año fuese más para definir los activos que venderíamos. No teníamos expectativa de grandes desinversiones este año. Las ventas están concentradas para 2016. Pero conseguimos vender parte de (la subsidiaria) Gaspetro”, aseguró.
La dirección de la petrolera autorizó en octubre la venta por 1.900 millones de reales (unos 500 millones de dólares) del 49 % de Gaspetro, subsidiaria que agrupa las participaciones de Petrobras en varias distribuidoras regionales de gas natural, al grupo japonés Mitsui & Co Ltd.
“Cuando todo el mundo imaginaba que no lograríamos venderla sin transferir el control, conseguimos un resultado que el mercado no esperaba, casi el doble del valor calculado”, afirmó.
Agregó que el programa de desinversión ganará en 2016 una velocidad mayor que la esperada debido a que los precios son atractivos para los inversores y las negociaciones ya están en marcha.
Según Bendini, tanto el proceso de reestructuración y reducción de costos como el de desinversión tienen por objetivo hacer frente a la doble crisis que enfrenta la empresa por el escándalo de corrupción que protagoniza y por la actual coyuntura negativa para el mercado petrolero.
“La empresa atraviesa desde 2014 una crisis pesada que aún genera bastante ansiedad sobre sus rumbos. Fue necesaria una fuerte reestructuración por las dificultades generadas por las malas prácticas (por la corrupción) y por el escenario difícil para la industria petrolera”, afirmó.
Petrobras calcula en cerca de 2.000 millones de dólares los recursos de la empresa desviados por la red de corrupción destapada el año pasado y que ha salpicado a una veintena de grandes compañías privadas y a medio centenar de políticos, incluyendo ministros, senadores y diputados principalmente de los partidos oficialistas.
En cuanto a la coyuntura del sector, el dirigente explicó que el petróleo estaba hace unos pocos años a unos 114 dólares por barril y hoy no pasa de 40 dólares por barril.
“Esperábamos para este año trabajar con el petróleo a 60 dólares por barril y la realidad fue diferente. Hicimos un ejercicio hipotético de lo que sería la empresa en las peores circunstancias, con el petróleo a 40 dólares y el cambio a 4 reales por dólar, y eso fue lo que terminamos enfrentando”, señaló.
Aseguró que Petrobras tuvo que poner en marcha un plan de negocios de emergencia que reflejase el nuevo escenario del sector petrolero y al mismo tiempo captar recursos para sus inversiones en condiciones más difíciles.
“El gran desafío era la financiación, pero recibimos un voto de confianza del mercado y anticipamos todas las captaciones que necesitábamos para dos años”, indicó.
“Por primera vez en varios años la empresa termina un año con recursos y con una caja robusta para asumir los compromisos de 2016. Hoy lo que tenemos en tesorería nos permite enfrentar las dificultades con tranquilidad”, añadió.
Admitió que hoy el gran desafío es equilibrar la deuda líquida de la compañía, que creció significativamente (101.273 millones de dólares en septiembre) y cuyo elevado valor obligó a las agencias de calificación a reducir la nota de riesgo de la empresa.
“Conseguimos reducir la deuda en un 5 % en el último año pero en 2016 vamos a buscar captaciones más atractivas para cambiar el perfil de la deuda de la empresa. Aún tendremos que enfrentar bastantes escenarios no previsibles en función de los pasivos que adquirimos a lo largo del tiempo”, dijo.
Agregó que, además de la reestructuración de la empresa y los planes de reducción de costos, la empresa cuenta con su plan de desinversión como principal herramienta para reducir la deuda.
“El equilibrio de la deuda no tiene otro camino sino la venta de activos. La reestructuración no es suficiente”, puntualizó.