Los trabajadores de Guayana y el pueblo de Guayana fueron categóricos en votar por el cambio, con la expectativa en un futuro mejor de progreso social y también castigando sin atenuantes a los destructores de la industria de Guayana, es decir, al gobierno. No hay la menor duda. Fueron 390 mil votos en total por la Unidad Democrática en el estado Bolívar. ¡390 mil!. Contundente porque fueron 148 mil votos mas de ventaja sobre el continuismo oficialista. 60% contra apenas 37%, es decir, un voluminoso 23% de diferencia. Ya ustedes, señor Maduro y señores oficialistas, no pueden seguir hablando en nombre “del pueblo”. Ni mucho menos en nombre de “los trabajadores”.
Nota de prensa
En favor del cambio, por la Unidad y contra la falsa revolución, arruinadora y corrupta votó la abrumadora mayoría de trabajadores de Sidor, Ferrominera, Venalum, Bauxilum, Alcasa, Carboborca, Sidetur, las briqueteras, las metalmecánicas. También los maestros y profesores, los trabajadores de la salud, de la administración pública, los jubilados y pensionados. Los trabajadores castigaron con fuerza al gobierno mas antiobrero que hemos tenido en Guayana. El que niega el derecho a los contratos colectivos justos para el progreso social de la familia; el que menos viviendas ha construido en los últimos 60 años. El que ha destruido el valor de los salarios con la mas alta inflación del planeta. El que con la destrucción sistemática de la producción nacional y los sospechosos contratos con transnacionales de China, ha entregado la soberanía nacional.
La Unidad Democrática duplicó (y con “ñapa”) al continuismo oficialista en Unare, la parroquia donde vive la mayor cantidad de trabajadores de nuestras empresas básicas. Fue 65% contra 31%. Sin excusas. Pero también fue abrumador el 63% contra 34% en la parroquia Simón Bolívar de San Félix así como en las muy populares Dalla Costa y Chirica. Ni hablar de parroquias como Cachamay (desde Castillito hasta los campos de Ferrominera), y en Universidad. La Unidad ganó en las tierras mineras y del oro como El Callao con una paliza de 70% contra 27%. También en Guasipati, Tumeremo, Upata, Gran Sabana. Y en Ciudad Piar, la tierra minera del hierro, al pié del Cerro Bolívar, 62% contra 36%. Ni se diga Ciudad Bolívar 64% contra 33%. La Guayana trabajadora no dejó la mas mínima duda.
Hay mil razones para que el pueblo trabajador y sus familias castigaran de forma tan clara a la robo-lución. Toda la producción industrial está destrozada. Sidor cierra 2015 con apenas 23% del acero que solía darle a Venezuela. ¿Se llegará siquiera al millón de toneladas de acero cuando en tiempos normales eran 4 millones 300 mil?. La robo-lución destrozó ¡casi el 80%! de la producción y por culpa del gobierno andamos en la vergüenza de importar acero. Ahora dependemos del extranjero para comprar cabillas, hojalata, tubos petroleros, laminados. ¡Que bochorno!. En Bauxita apenas se llegó al millón de toneladas cuando lo normal eran 6 millones. En alúmina se cierra 2015 en la vergüenza de 450 mil toneladas cuando lo normal eran 2 millones.
La robo-lución será recordada en Guayana (y en toda Venezuela) porque nos hicieron retroceder muy feo, de país exportador de aluminio con 630 mil tons/año de producción a menos de 100 mil y por tanto a andar importando algo de aluminio para medio atender las necesidades nacionales. Nunca tuvimos menos patria que hoy. La antigua Sidetur y las briqueteras apenas sobreviven, igual que Carbonorca y las plantas de Refractarios. ¡En 17 años no se ha levantado NI UN SOLO proyecto industrial nuevo!. ¡Nada!. Tantos miles de millones de dólares malbaratados. Ni la nueva fábrica de tubos, ni la V Línea de Alcasa. Ni la Planta de Pulpa y Papel. Ni la nueva siderúrgica. Aquello de la Ciudad del Acero y la Ciudad del aluminio ya ni las mencionan en la publicidad engañosa del canal 8. Tocoma ya lleva 5 años de atraso.
El retroceso social es igual o peor. De aquella pujante “clase-media-obrera” que progresaba y ascendía socialmente, generando a su vez una cadena de actividad económica de miles y miles de otros empleos buenos, gracias a una economía productiva y a las luchas sociales y sindicales sanas, solo queda un doloroso empobrecimiento colectivo. El gobierno liquidó o congeló los contratos colectivos, los beneficios sociales en salud, vivienda, recreación, educación.
Por todo eso y mas, Guayana votó por el cambio y castigó al gobierno culpable de todo ese desastre. Ya lo venía haciendo electoralmente en los últimos años y ahora se profundizó. En el colmo del descaro, el madurismo convoca a “defender los logros”. ¿”Logros” chimbos y “al revés” como destrozar las industrias, los servicios públicos y el retroceso social?. ¡Es una falta de respeto!. La Guayana que trabaja y lucha ve con alegría esa ventana de cambio que se abre con la nueva Asamblea Nacional. ¡No mas esconder y taparear las vagabunderías, el derroche y la corrupción!. Que muestren los contratos y los ministros tengan que responder. Ahora si, a buscar inversiones para recuperar las industrias. Con gente que conozca la industria. No mas paracaidistas improvisados. Con nuestro trabajadores y técnicos a quienes si duelen sus empresas. No mas chantaje y atropellos a los derechos laborales. No mas amenazas, despidos y retaliaciones.
¡Respeto a lo que decidió el pueblo con los votos! Ese es el verdadero “poder popular”. No sigan, señor Maduro y señores de la camarilla gobernante, haciendo maniobras y pretendiendo desconocer al pueblo y sus votos. Los casi 8 millones de venezolanos que votaron por el cambio lo hicieron, a pesar de tantas presiones, amenazas, ventajismo. A pesar del cerco de censura sobre los medios. A pesar de tanto tratar de meter miedo. ¡Fueron mas de 2 millones de votos de diferencia! Mucha dignidad popular. Señores jerarcas rojos: no mas arrogancia.
Respeten a Venezuela y a sus trabajadores. Respeten al chavismo rebelde que castigó a los inconsecuentes y corruptos. Basta de retaliaciones. No mas insultos, desprecio ni agresiones. No sigan con cuentos chimbos sobre falsos planes de la mayoritaria bancada de 112 diputados de la Unidad. Es una falta de respeto pretender que somos bobos y tratar de engañarnos a los venezolanos con engaños ni declaraciones fabricadas en los laboratorios del gobierno, haciendo creer que la nueva AN se propone eliminar las Misiones o la Ley del Trabajo. Dejen esa ridiculez que no tiene sustento.