La jueza Fabiana Palmaghini asumirá a partir de hoy la responsabilidad de la investigación sobre la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, ocurrida hace casi un año y aún sin esclarecer, en reemplazo de la fiscal Viviana Fein, informaron fuentes judiciales a medios locales.
EFE
Nisman apareció muerto en enero de este año, con un tiro en la sien, en su casa en Buenos Aires pocas horas antes de informar ante el Parlamento detalles de su denuncia contra la entonces presidenta argentina, Cristina Fernández, por supuestamente encubrir a los autores del ataque en 1994 contra la mutual judía AMIA.
La magistrada Palmaghini encabezará desde hoy las pericias sobre la muerte, tal y como había solicitado en numerosas ocasiones la exesposa del fallecido fiscal, Sandra Arroyo Salgado, querellante en la causa y crítica con el trabajo de Fein.
Según fuentes judiciales consultadas por la agencia oficial Télam, entre las primeras medidas solicitadas por la jueza está la ampliación de la declaración del exagente de inteligencia Antonio “Jaime” Stiuso, quien colaboró con Nisman en la investigación del atentado contra la mutualista judía AMIA, que dejó 85 muertos, y se encuentra en paradero desconocido.
La magistrada dispuso también que se le informe sobre el desempeño de los custodios que tenía asignados Nisman, para lo que exigió la remisión de los sumarios que realizó la división Asuntos Internos de la Policía Federal, y nuevas pericias sobre los equipos informáticos del fallecido procurador.
Nisman fue hallado muerto cuatro días después de haber denunciado a Cristina Fernández por presunto encubrimiento a terroristas iraníes.
La denuncia fue finalmente archivada en mayo, pero once meses después de la muerte de Nisman aún no hay una conclusión sobre las circunstancias del deceso.
Las investigaciones realizadas por la exmujer de Nisman como querellante mantienen fuertes divergencias respecto a los pocos datos que se conocen de la investigación oficial, conducida hasta la fecha por Fein.
Arroyo Salgado afirma que su exmarido fue asesinado, pero la fiscal mantenía abierta la puerta a un posible suicidio, al afirmar que no existen pruebas concluyentes para descartarlo.