El gobierno de Brasil anunció este viernes la salida de Joaquim Levy del ministerio de Hacienda y su reemplazo por Nelson Barbosa, quien conducía la cartera de Planificación, en el último capítulo de la crisis política y económica que atraviesa el país.
AFP
“La presidenta (Dilma Rousseff) agradece la dedicación del ministro Joaquim Levy, que tuvo un papel fundamental en el enfrentamiento de la crisis económica”, informó la presidencia en un comunicado donde también indicó la designación de Barbosa.
Levy, un economista ortodoxo que trabajó en el FMI y que parecía aislado en el gobierno, había dado claras señales de que su tiempo en el gabinete de la izquierdista Rousseff había terminado, lo que gatilló una caída de 2,98% de la bolsa al cierre y una depreciación de 1,42% del real.
Su situación se fragilizó de la mano de una crisis política que agudizó el deterioro económico, sobre todo luego de que se abrió un proceso de impeachment contra Rousseff, acusada de aprobar gastos sin autorización del Congreso y financiar al Tesoro con préstamos de entidades públicas, algo prohibido por la ley.
La séptima economía del mundo entró en una espiral recesiva y dentro del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) creció la resistencia al programa de ajuste con el que Levy buscaba reencaminar la economía.
Su reemplazante, un economista más afín a las ideas desarrollistas y a una política fiscal menos restrictiva, tendrá la tarea de conducir un país que proyecta una contracción del 3,1% este año y una del 1,9% el próximo, con desempleo creciente y una inflación anualizada del 10,48%.
“El mercado lo considera como el nombre más normal, probable, porque ya es ministro de Planificación, ya conoce la máquina, ya sabe cómo funciona, es una solución natural y el mercado lo está encarando con una cierta neutralidad”, dijo a la AFP André Leite, analista de TAG Investimentos en Sao Paulo.
Doctor en Economía por la New School for Social Research de Nueva York, Barbosa participó directamente del diseño de la política económica del primer mandato de Rousseff, cuando hubo una fuerte expansión del gasto público, marca de la casa del PT.