Conocido por el desempeño de múltiples roles dentro del Gobierno nacional, desde encargado de negocios de Venezuela en EEUU hasta diputado suplente a la Asamblea Nacional, el nuevo magistrado de la Sala Constitucional Calixto Antonio Ortega Ríos, se ha destacado como uno de los personajes bandera del chavismo.
Sin embargo, esto lejos de ser una cualidad para un puesto de este calibre, supone a todas luces una violación flagrante a los requisitos que son exigidos para ejercer la magistratura en la máxima autoridad judicial del país.
Según el artículo 263 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela los requisitos que deben tener los aspirantes a rectores del TSJ son los siguientes:
2. Ser ciudadano o ciudadana de reconocida honorabilidad.
3. Ser jurista de reconocida competencia, gozar de buena reputación, haber ejercido la abogacía durante un mínimo de quince años y tener título universitario de postgrado en materia jurídica; o haber sido profesor universitario o profesora universitaria en ciencia jurídica, durante un mínimo de quince años y tener la categoría de profesor o profesora titular; o ser o haber sido juez o jueza superior en la especialidad correspondiente a la Sala para la cual se postula, con un mínimo de quince años en el ejercicio de la carrera judicial, y reconocido prestigio en el desempeño de sus funciones.
8. Presentar fe de Juramento en la que conste que el aspirante o la aspirante renunció o que no ejerce cualquier militancia político partidista, debidamente autenticada ante un Notario Público o Notaria Pública.
En ese sentido, se recuerda la serie de cargos ocupados por Ortega durante la última década, donde el último fue el de diputado electo a la AN por el estado Zulia.
Esta situación hace cuestionar a la ciudadanía acerca del momento cuando Ortega presentó su fe de juramento en la que renuncia a su militancia político partidista ante el TSJ, si el cierre de las inscripciones fue antes de las elecciones.
De la misma manera, esta ha sido parte de su labor en la última década:
Diputado a la Asamblea Nacional (2005-2010)
Diputado al Parlamento Latinoamericano (2010-2015)
Encargado de negocios de Venezuela en EEUU (2013)
Viceministro para Europa (2013)
Diputado electo por el Psuv en el estado Zulia para el periodo 2016-2021 (tercer suplente)
Ortega se ha caracterizado por ser una de las voces más partidistas que están bajo del ala del chavismo, plataforma que usó para ir a la reelección en el estado Zulia.
El recastista de “El Pollo” Carvajal
Como se recordará, Ortega estuvo de manera sostenida al frente de la liberación del ahora diputado Hugo “El Pollo” Carvajal, quien fue detenido en Aruba a solicitud de Estados Unidos, tras ser señalado de presuntos vínculos con el narcotráfico y la guerrilla colombiana de las Farc.
En un tribunal de Florida (Estados Unidos) reposa una acusación del gobierno de Estados Unidos contra Carvajal -del 16 de mayo de 2013- por colaborar con organizaciones dedicadas al narcotráfico con base en Venezuela desde 2004.
Una de ellas sería la del colombiano Wilber Varela, alias “Jabón”, ya fallecido, quien fue cabecilla del Cartel del Valle del Norte.
El vigilante en el caso de los “narcosobrinos”
Como varios medios reseñaron, tanto Maximiliam Arvelaiz como Calixto Ortega fueron piezas claves para que el Gobierno estuviera al tanto del estatus de los “narcosobrinos”.
Reportes de varios periodistas indicaron que presuntamente los mencionados representantes habrían pagado la defensa de los dos acusados, los boletos de avión y viáticos para que los funcionarios se trasladen desde Washington DC hasta Nueva York para realizar las diligencias que amerita en asunto.
Este, entre otros casos ha sido una de los “trabajos sucios” que ha tenido que desempeñar Ortega para salvar el cuello del chavismo a nivel internacional.
Y ahora, al frente de la Sala Constitucional y en compañía de la hermana de Danilo Anderson que también fue designada para el cargo en la misma sala, sus nuevos puestos han desencadenado una ola de rumores que permiten suponer cierta parcialidad por parte de Ortega, ahora que la AN estará bajo el control opositor.
Con una carrera difusa en materia jurídica, una polémica y una amplia gama de anécdotas en el área político-partidista, Calixto Ortega abre el tema de discusión acerca de la parcialidad política que guardan los nuevos magistrados del TSJ.