Arabia Saudita anunció el sábado que ha ejecutado a 47 personas por terrorismo, en un supuesto mensaje tanto contra los yihadistas musulmanes suníes como contra los chiíes contrarios al gobierno de que no va a consentir disidencia violenta, reseña la agencia Reuters
Las muertes llegan en medio de una creciente guerra dialéctica entre Arabia Saudí y el Estado Islámico, que pidió ataques en el reino. Pero también elevará las tensiones con Irán por la ejecución del prominente clérigo chií Nimr al-Nimr.
Teherán advirtió el año pasado que la ejecución de Nimr “costaría muy caro a Arabia Saudí”.
La mayoría de los ejecutados fueron declarados culpables de llevar a cabo una serie de ataques de al Qaeda en Arabia Saudí en 2003, pero también se incluyó a algunos miembros condenados por ataques a la policía en protestas entre 2011 y 2013.
En un comunicado emitido en la televisión estatal y en otros medios oficiales, el ministro del Interior nombró a los 47 ejecutados y enumeró los crímenes que incluían tanto la participación en los ataques como abrazar la ideología yihadista.
La ejecución simultánea de 47 personas por motivos de seguridad fue la mayor ejecución en masa por esos delitos desde la década de los 80, en el que se mató a 63 yihadistas rebeldes.
Arabia Saudí sufrió en 2015 una serie de ataques con bombas y armas de fuego por militantes yihadistas que simpatizan con el Estado Islámico. Esos ataques, que mataron a decenas de hombres, elevaron la presión sobre Riad para que mostrara una acción enérgica.
“Hay una enorme presión popular sobre el Gobierno para que golpeé a esas personas. Incluye a todos los lideres de al Qaeda, todos los responsables de derramar sangre. Esto envía un mensaje”, dijo Mastafa Alani, analista de seguridad cercano al ministerio del Interior.
El conservador reino islámico, que normalmente ejecuta a personas por decapitación pública, ha detenido a miles de militantes islamistas tras una serie de ataques de al Qaeda que mataron a cientos de personas y ha condenado también a cientos de ellos. Sin embargo también a detenido a centenares de personas tras las protestas entre 2011 y 2013, durante las cuales varios policías fueron asesinados por ataques con disparos y bombas de gasolina.
Al menos otros tres chiíes fueron ejecutados junto con Nimr, Mohammed al-Shayoukh, Mohammed Suwaymil y Ali al-Rubh, cuyos familiares dijeron que era menor de edad en el momento del crimen por el que fue condenado.
Activistas del distrito chií de Qatif han advertido de posibles protestas en respuesta a las ejecuciones. Sin embargo el hermano de Nimr, Mohammed al-Nimr, dijo que esperaba que fuera pacífica.
Poco después, la policía de Barein disparaba gas lacrimógeno contra decenas de personas que protestaban por la ejecución. Los manifestantes portaban fotos del clérigo Nimr y se encararon contra las fuerzas de seguridad en las afueras del pueblo musulmán chiita de Abu-Saiba, al oeste de la capital de Manama.