Con la petulancia propia de quienes se sienten investidos por la historia para erigirse en salvadores de la patria, Maduro ha convocado a un congreso “ideológico” del Gran Polo “Patriótico” (“Caótico”, lo llamaba el Eterno en privado) para la segunda quincena del mes de enero.
¿A estas alturas del partido para qué sirve un congreso ideológico del gobierno? es la pregunta que surge al oír su propuesta. Y a decir verdad, creo que para muy poco o nada. Sin embargo, el proponente le trazó un objetivo al pomposo evento: “lograr la irreversibilidad del proceso revolucionario”. Hacerlo “indevolvible”, pues.
Tradicionalmente los congresos ideológicos en la izquierda borbónica, que en decir de Petkoff es “como los borbones no aprende ni olvida”, solo han servido para la persecución, la cacería de brujas, las “purgas”, el “ajuste de cuentas”, imponer línea política a todos los que disienten.
¿Qué se discute en esos actos? Lo sabemos, nada que no esté previamente acordado por la cúpula roja. Todo el mundo tiene que entrar por el aro de las “tesis” previamente cocinadas para justificar una dirección política que atienda exclusivamente al juego de intereses de sus promotores, so pena de la expulsión, la sanción, el escarnio, el castigo ejemplar.
La buena disposición de los asistentes con sus papeles de trabajo, sus propuestas, sus ideas quedarán solo para hacer bulto. Se gastarán cuantiosos recursos del erario público en logística y propaganda. Todo para que la conclusión sea la misma: la derrota del 6 de diciembre fue a causa de la guerra económica, por lo que es necesario “neutralizar las fuerzas del vil egoísmo que otra vez triunfó”. Tal y como lo ha venido repitiendo Maduro hasta el cansancio dándosela de original.
El “congreso de la patria” convocado no pasará de una congregación de militantes, un ejercicio de liturgia chavista y un simulacro de debate en el que tratarán de involucrar a seguidores, presentes y ausentes, en la locura golpista que vienen instrumentando para desconocer el claro y contundente mandato popular del 6 de diciembre. Será inútil, señor Maduro, la historia nos lleva a los venezolanos hacia un destino de libertad, paz, justicia y progreso.