El Gobierno estadounidense está considerando poner fin a un programa que anima a médicos y enfermeras a desertar de Cuba mientras trabajan en misiones en el extranjero, dijo un alto asesor del presidente Barack Obama, en un emblemático gesto para mejorar las relaciones entre Washington y La Habana.
Por Jeff Mason y Daniel Trotta / Reuters
El Programa para Profesionales Médicos Cubanos (Cuban Medical Professional Parole Program), que comenzó bajo el Gobierno del presidente George W. Bush en 2006, se vincula a uno de los mayores logros de Cuba: el envío de médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud a trabajar en el extranjero en misiones de ayuda o para recaudar fondos para el Gobierno comunista.
El programa otorga a funcionarios estadounidenses autoridad discrecional para prestar asistencia y permitir que los médicos cubanos que trabajan en terceros países, a donde son enviados por el Estado, puedan viajar a Estados Unidos con visas y condición de refugiados.
El programa está abierto a más de 50.000 profesionales de la salud cubanos en más de 60 países.
El programa ha sido colocado en revisión, dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional de Obama, quien formó parte del equipo negociador de Estados Unidos que alcanzó la distensión con Cuba hace más de un año tras 18 meses de conversaciones secretas.
“Es una política poco común y creo que si nos fijamos en la relación en su conjunto, esto es algo que sentimos que vale la pena colocar en la lista de cosas a considerar”, dijo Rhodes a Reuters.
Estados Unidos ha aprobado 7.117 solicitudes desde 2006 con una cifra creciente en los últimos años, alcanzando un récord de 1.663 en el año fiscal 2015, según datos del Departamento de Seguridad Nacional que administra el programa en conjunto con el Departamento de Estado.
Cuba ha criticado abiertamente el programa, conocido como “Parole”, y lo ha calificado como una “práctica condenable” y diseñado para “privar a Cuba y otros muchos países de recursos humanos vitales”.
Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no estaban el viernes disponibles para comentar sobre la revisión de Washington del programa.
La decisión sobre si finaliza o no el programa de “Parole” puede ser anunciada en los primeros meses de este año, dijo un funcionario del Gobierno estadounidense.
El programa se remonta a un período de persistente animosidad en medio de la Guerra Fría, pero Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, cambiaron drásticamente las relaciones bilaterales con la distensión que Rhodes ayudó a negociar.
Obama y Castro anunciaron en diciembre de 2014 que trabajarían por normalizar los vínculos.
En julio pasado, después de 54 años, ambos gobiernos restablecieron los nexos diplomáticos y se han involucrado en una serie de intercambios de alto nivel desde entonces, llegando a acuerdos en la protección del medio ambiente, la reanudación del servicio postal directo y el restablecimiento de los vuelos comerciales regulares.
Con el deshielo puesto en marcha, el programa ya no parece encajar en lo que Obama ha denominado un “nuevo capítulo” en las relaciones Estados Unidos y Cuba.
Diplomacia médica
Cuba envía periódicamente brigadas médicas al extranjero a naciones que han sufrido desastres naturales o crisis de sanidad. En 2014 y 2015 mandó a 256 médicos y enfermeras a África Occidental en medio de una crisis por el Ébola.
Pero sobre todo las asignaciones son una de las fuentes más importantes de ingresos en divisas para el Gobierno cubano. Se han enviado a 30.000 profesionales de la medicina a su aliado Venezuela a cambio de más de 100.000 barriles diarios de petróleo. Miles de médicos más trabajan en Brasil, por lo general en áreas remotas.
Aunque el trabajo es bien remuneradas al Estado cubano, los profesionales de la isla sólo reciben una parte de la cifra que los gobiernos extranjeros pagan por sus servicios. Algunos desertores han criticado las duras condiciones de trabajo como argumento para abandonar sus puestos.
Un cambio reciente en la política migratoria cubana, que pone restricciones a médicos cubanos para salir del país sin un permiso especial, complica la revisión del programa, pero continúa considerándose de todos modos, dijo Rhodes.
Con tantos médicos fuera, ya sea aplicando para el programa Parole o simplemente buscando contratos en otras naciones, el mes pasado el Gobierno puso límites a los profesionales de la salud diciendo que sus servicios universales y gratuitos han sido “gravemente afectados” por salidas de especialistas vitales.
Aunque las leyes de Estados Unidos limitan a Obama para cambiar algunas políticas hacia Cuba, como el embargo comercial, el programa de “Parole” es una creación de la rama ejecutiva y el Presidente de Estados Unidos puede acabar con éste sin consultar al Congreso.