El primer escenario se daría en caso de que fructificase el plan merengue de pedir la cautelar para poder acometer fichajes el verano que viene y aplazar la sanción a las ventanas de fichajes de 2017.
En tal caso, el Real Madrid podría entender que lo mejor para los intereses de ambas partes, de jugador y club, es abrir las puertas del Bernabéu a un hombre que ya ha valorado su salida en varias ocasiones.
Con este traspaso el jugador (que tendrá este verano 31 años) podría disfrutar sus últimas temporadas en la élite en un club de alto nivel y el Real Madrid ingresaría una notable cantidad de dinero con la que encontrar un sustituto y acometer la reestructuración de su plantilla que exige este castigo.
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