Joseph Chavarría, nunca apareció entre los favoritos de la Vuelta al Táchira, pero el domingo pudo hacer valer sus argumentos en la última etapa, en la que el líder anterior, José Mendoza, se quedó a más de 24 minutos del ganador del tramo, el olímpico Jackson Rodríguez.
Aquí algunas claves para entender cómo logró Chavarría adueñarse de la cima:
-La regularidad: El tico sólo estuvo fuera de los 10 primeros en tres de las 10 etapas de la Vuelta, siempre conectado con los líderes. De hecho se mantuvo entre los siete mejores de la general desde el segundo tramo y su mayor distancia con respecto al poseedor de la camiseta amarilla fueron 24 segundos.
-La agresividad: Chavarría supo atacar en los momentos clave, las etapas de montaña. Fue quinto en la llegada al cerro Cristo Rey, subió al podio (tercero) en La Grita y de nuevo llegó quinto en Casa del Padre, cuando ascendió al segundo puesto de la general aprovechando que Jorge Abreu de Amo Táchira-Concafé perdía 40 segundos.
-El equipo: Nestlé Giant no es un nombre desconocido para el circuito del América Tour. Se tituló por equipos en la Vuelta a Costa Rica y de sus filas salió el campeón de la Vuelta a Guatemala, Román Villalobos, que luego fichó por el Canel’s Turbo mexicano. Sus hombres protegieron fieramente a Chavarría en la última etapa.
-Los pergaminos: El ganador debutaba en la Vuelta al Táchira como jefe de filas del Nestlé Giant, pero ya antes había mostrado su nivel ganando dos etapas de la Vuelta a Costa Rica, entre ellas una cronoescalada. Durante 2015, realizó una pasantía de tres meses con el Big Hunter italiano, que le permitió elevar sustancialmente su nivel.
-Las decepciones: El tetracampeón, José Rujano, no fue competitivo y ni Lotería del Táchira (que perdió por enfermedad a su figura José Alarcón) ni su filial Kino pudieron proponer a un hombre para buscar el triunfo.
-El desgaste: José Mendoza fue un líder precario. Quemó sus naves al retener el liderato en la penúltima etapa en Casa del Padre y en la última no pudo contar con un buen respaldo de su equipo Café Flor de Patria-Trujillo, que ni siquiera tenía su plantilla completa, pues presentaba cuatro hombres, en lugar de los seis de las escuadras grandes. A pesar de que José Rujano y otros criollos trataron de remolcarlo cuando comenzó a perder fuerza en Peracal, ni las piernas ni la mente le alcanzaron al jovencito tachirense para resistir.
-Los cambios: En lugar del tradicional paseo de los campeones que suele escenificarse en la última etapa, el domingo se disputaron dos premios de montaña durante el ascenso a San Cristóbal, luego de que el pelotón pasara por Ureña y San Antonio del Táchira, un cambio introducido para festejar el lema Frontera de Paz, bajo el cual se disputó la 51ª edición.
Fuente: Diario Líder.