Ya nadie puede negar la grave crisis económica y social que vivimos los venezolanos. Pero todavía falta que este irresponsable gobierno de 17 años, reconozca su lamentable protagonismo en esta crisis y adopte las medidas necesarias para sacar a nuestra población de algo muy malo que será mucho peor si continúa el régimen con su actitud contumaz. Después de casi dos décadas legislando por decreto, con todo el apoyo de las instituciones, con recursos nunca vistos en las arcas nacionales; después de llevar al país a una situación de debacle, hoy el Presidente de la República quiere que la Asamblea Nacional que se estrena, por primera vez con mayoría opositora, apruebe un decreto de estado de excepción que refleja que no ha habido aprendizaje.
Siendo la emergencia económica un estado de excepción, el decreto debe, por mandato constitucional, enumerar y regular expresamente los derechos cuyas garantías serán temporalmente restringidas. Nada de eso lo establece el decreto, lo cual lo vicia de inicio. Ese decreto lo que hace, en primer lugar, es ubicar la raíz de la crisis en una guerra económica con actores nacionales e internacionales, quienes, a raíz de la muerte de Hugo Chávez han intentado desestabilizar la economía del país, tumbar el precio del petróleo, afectar las instituciones y producir una ruptura del hilo constitucional. Mayor tozudez es imposible encontrar en cualquier gobierno del mundo.
Con respecto al decreto en su contenido, podemos destacar las siguientes facultades que inadecuadamente se atribuye el gobierno: 1. Hacer uso de los recursos remanentes del presupuesto de 2015 y aprobar créditos adicionales o modificaciones presupuestarias en sustitución de la Asamblea Nacional. 2. Eliminar los controles legales en materia de contrataciones públicas, importación y nacionalización de mercancías. 3. Requerir de personas naturales o jurídicas cualquier edificación, maquinaria, medio de transporte que sea necesario para abordar la situación de emergencia. 4. Restringir el sistema monetario, así como las transacciones comerciales o financieras. 5. Dictar cualquier otra medida política, económica o social que estime conveniente.
Así que este decreto lo que busca es incrementar el intervencionismo del Estado, aumentar los controles en todas las áreas del país, con lo cual, lo que se promete es profundizar la ya grave crisis que se vive en la nación. Es un decreto que le da amplísimas facultades al Presidente de la República pero que no genera lo que se necesita para paliar esta situación y llevar al país por un sendero de progreso y bienestar. ¿De qué sirve, por ejemplo, que se decrete la intervención de un matadero si el problema es que no hay reses que beneficiar? Venezuela lo que necesita es generar confianza, seguridad jurídica, para que los inversionistas nacionales y extranjeros decidan apostar por nuestra patria. Tenemos que reactivar el aparato productivo con incentivos a los productores nacionales tradicionales y con estímulo a quienes aspiren a ser emprendedores. Tenemos que disminuir los controles ya asfixiantes de un gobierno que por controlar todo sólo ha generado ineficiencia y corrupción.
Este gobierno está haciendo muy mal la tarea y pretende llevar a una encrucijada malintencionada a la mayoría democrática de la Asamblea Nacional. Si aprobamos el decreto, seremos cómplices de una situación económica y social que, con esas medidas, no mejorará. Si rechazamos el decreto, pretenderán hacernos culpables de una crisis que en ellos tiene a sus principales causantes. ¿Estarán dispuestos a modificar el decreto? Sinceramente no lo creo. Lo que sí creo necesario es que este país, en estas horas, dé un profundo, abierto, transparente debate, en cadena nacional, que sirva para que todos tengamos más claridad de la situación. Queremos, necesitamos, que Venezuela cambie de rumbo para superar satisfactoriamente esta crisis. Estamos dispuestos a aportar todo nuestro concurso para lograrlo. Pero no permitiremos que el gobierno insista en conducir por un barranco a un país que, en medio de su sufrimiento, se va a hacer respetar.
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