Activistas que defienden los derechos de pacientes con cáncer de mamá, hemofilia y trasplantados renales instaron al presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Carlos Rotondaro, a que etiquetara el nivel de desabastecimiento con un alerta amarilla, anaranjada o roja. Y contestó: “Amarilla”.
ISAYEN HERRERA
La respuesta de Rotondaro quiere decir que es necesario mantenerse alerta, pero que aún no está en su punto más grave. Sin embargo, la Red Rosa, la Asociación Venezolana para la Hemofilia y la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida difieren de esta opinión y gestionan reuniones para pedir ayuda internacional humanitaria ante la escasez de medicamentos de enfermedades complementarias y la coyuntura de un decreto de emergencia económica en el país.
Francisco Valencia, presidente de Codevida, comentó que en la reunión se consideró la posibilidad de que el IVSS ayudara con la distribución de fármacos traídos a Venezuela por donaciones internacionales. Rotondaro no se negó a la posibilidad, pero reiteró que aún no se necesita pedir esa ayuda.
En el encuentro, Codevida manifestó su preocupación porque las farmacéuticas transnacionales no están importando las medicinas de alto costo y el abastecimiento solo alcanzaría hasta marzo. Los trámites burocráticos para importar tardarían hasta seis meses para que lleguen los medicamentos al país. Rotondaro manifestó que se hacen las gestiones para que los fármacos se obtengan en menor tiempo, por lo que se está revisando que solo se solicite el Certificado de No Producción Nacional una vez al año, y no cada vez que se trae un lote nuevo.
Otra posibilidad que el presidente del IVSS dio a los activistas fue que se podrían traer medicinas directamente con gobiernos de otros países. Prometió garantizar que será importado el mismo producto que ya consumen los pacientes para evitar cambios de tratamiento. Reiteró que se hará una entrega de medicamentos racional, es decir, que solo se darán las dosis que receta el médico y no las cajas completas de la medicina. Codevida lo avaló.
Según Valencia, Rotondaro admitió que están afectados en suministros para la hemofilia desde que Quimbiotec (complejo tecnológico farmacéutico del Estado) dejó de producir los hemoderivados por falta de divisas, pero anunció que en 2 semanas llegarán 4.000 unidades de inmunoglobulina que se necesitan, entre otras enfermedades, para el tratamiento usado en el síndrome Guillain-Barré, que se está diagnosticando en personas que tuvieron zika. También se importará un lote de 360.000 kits de diálisis que durarían 2 meses.
La Red Rosa y La Asociación Venezolana para la Hemofilia plantearon la escasez de ciertos medicamentos o problemas de distribución en el interior del país. Mientras que Codevida denunció que unidades de diálisis de Barquisimeto, estado Lara, y Porlamar, estado Nueva Esparta, están reduciendo el tiempo del tratamiento médico de cuatro a dos horas y media y, en algunos casos, no hay la presencia de un médico en el área.