Como bien lo advirtió el presidente de la AN, Henry Ramos Allup, el gobierno le tendió una trampa a los parlamentarios: si la AN hubiese aprobado el “decreto de emergencia económica”, automáticamente se habría convertido en “cómplice” y corresponsable de las consecuencias inmediatas de ese decreto. Si por el contrario, como efectivamente ocurrió, la AN rechazaba el decreto, entonces el gobierno empezaría a culpar a la oposición por la grave crisis que afecta al país y trataría, como ya lo está haciendo, de responsabilizar a los diputados de la MUD por la debacle económica que nos está afectando.
El “decreto de emergencia económica”, fabricado en la Sala Situacional del Palacio de Miraflores, no fue concebido para resolver los problemas económicos del país. Fue ideado con el único objetivo de empañar el ejercicio parlamentario de la nueva Asamblea Nacional, que como se sabe, tiene mayoría opositora. Maduro no está preocupado por resolver la crisis económica de Venezuela. Su verdadera preocupación es encontrar la forma de comenzar a deteriorar la imagen de la AN presidida por Ramos Allup, para evitar que el parlamento adquiera mucho más poder del que ya tiene.
Hay que ser muy iluso para creer que Maduro va a dejar que sus ministros vayan a la AN a entregar tan fácilmente todas las cifras que demuestran que el país está quebrado. Un gobierno que desde hace poco más de un año se niega a publicar las estadísticas del Banco Central de Venezuela, no puede tener la buena intención de consignar en la AN los datos que reflejan la situación económica y financiera del país. Maduro y sus ministros han ocultado deliberadamente a los venezolanos la gravedad de las finanzas públicas y han maquillado balances e informes financieros para tratar de ocultar lo que todo el mundo sabe: que Venezuela está en ruinas gracias al robo, al despilfarro y al saqueo al que fueron sometidas las cuentas del gobierno durante los últimos 17 años.
Las cuentas de los gobiernos de Maduro y Chávez, son inauditables. El día que una comisión de la AN ponga las manos a todos esos documentos y se los muestre al país, se cae el gobierno. Esa es la verdad. Por esa razón, Maduro y sus ministros harán lo impensable para impedir a toda costa que los diputados de la nueva AN y todos los venezolanos, tengamos acceso a esa información.
Maduro y su vicepresidente Istúriz, han acusado a los diputados de la MUD de pretender armar un show mediático, por el simple hecho de querer hacer una sesión pública con la comparecencia de los ministros del área económica en la AN. A Maduro y a Istúriz se les olvida, que quien siempre montaba un show con todo lo que pasaba en el país, era el difunto Hugo Chávez, quien ni siquiera respetó la muerte de unas personas en agosto de 2012 cuando explotó la refinería de Amuay: “Algún filósofo dijo, no me acuerdo quién: la función debe continuar, con nuestros dolores, nuestros pesares y nuestros muertos”, dijo Chávez en aquella ocasión.
Los expertos en montar Shows están en el gobierno. Según la ONG Monitoreo Ciudadano, en el año 2013 hubo 202 cadenas nacionales de radio y televisión protagonizadas por Nicolás Maduro. El récord nacional (y quizás mundial) de cadenas de radio y televisión lo tiene Hugo Chávez, quien en el año 2004 realizó 374 cadenas que como se sabe, son de transmisión obligatoria para todas las emisoras de radio y TV del país.
Monitoreo Ciudadano señala que entre 2013 y 2015 Nicolás Maduro habló 1009 horas con 35 minutos en el canal del estado, VTV, a un promedio de 2 horas 25 minutos por día. Pero eso no es todo: entre 2013 y 2016 Nicolás Maduro lleva 499 horas con 24 minutos en Cadena Nacional de Radio y Televisión, a un promedio de 27 minutos diarios. La mayoría de las cadenas son para hablar paja, para echar cuentos, para mostrar a Maduro bailando con Cilia o simplemente para que el Jefe de Estado hable de sus candidatos y del PSUV.
Un gobierno acostumbrado al show, que utiliza cadenas de radio y televisión para que Maduro y Cilia bailen “la pollera colorá” no puede acusar a las fuerzas democráticas de pretender montar un show por el simple hecho de querer que unos ministros le informen al país las cifras reales de la economía venezolana.
Al intentar explicarle al país y al mundo las razones por las cuales los ministros no acudieron a la cita en la AN, el vicepresidente Istúriz dijo que “nosotros lamentamos que en un momento como este, donde hay tanto entusiasmo y tanto trabajo, nosotros seamos objeto de un show mediático que no va a resolver nada. No nos vamos a prestar para un show mediático, aquí no hay payasos”.
Istúriz dijo que “ellos (los diputados de la AN) saben que hay materias que no pueden ser dilucidadas públicamente porque arriesgamos al país. Ellos quieren hacer una interpelación pública y no hay garantías”.
El ex gobernador de Anzoátegui destaco que “ese decreto debe ser analizado y aprobado por la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia. Pero ellos lo que querían era montar un show mediático (…) Nosotros asistiríamos de buena fe, seria, sin poner en riesgo al país. Hay materias que pueden arriesgar información de Estado”.
Istúriz reiteró que “lamentamos que seamos objetivo de un show mediático, que traerá confrontación. No hay nada que ocultar, pero no nos vamos a prestar a shows mediáticos (…) Existen materias que son contundentes, y su discusión pública pondría en riesgo al país y todos los venezolanos se verían afectados”.
Istúriz no lo dijo textualmente, pero no hace falta ser maestro de escuela para entender lo que el vicepresidente quiso decir: si el país se entera de lo que hay dentro de esa caja negra en la que se encuentran las finanzas públicas, el gobierno se cae. Aristóbulo dijo hace algún tiempo algo parecido, cuando afirmó que si el gobierno desmontaba el control de cambios lo tumbarían.
Maduro, quien con toda seguridad designó al negro Aristóbulo Istúriz como vicepresidente de la República por sus orígenes en Acción Democrática, para que se encargue de llevar las relaciones con el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, el secretario general nacional de AD, Henry Ramos Allup, debe saber que el ex vicepresidente del PSUV, nacido en Curiepe, estado Miranda, no ha tenido buena suerte cuando se ha enfrentado a sus ex compañeros del partido blanco.
En el año 2000, Istúriz fue candidato a la presidencia de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), y perdió frente a un adeco: Carlos Ortega. En 2008, Istúriz fue candidato a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, y una vez más, fue vencido por otro adeco: Antonio Ledezma. En este año 2016, Istúriz se enfrenta a otro adeco, Henry Ramos. ¿Qué le hace pensar a Maduro que esta vez le irá mejor a Istúriz?
El cuento del show mediático no le durara mucho al gobierno. Más temprano que tarde, la nueva Asamblea Nacional le pondrá las manos a los informes financieros de Pdvsa, a las estadísticas ocultas del Banco Central, y a todos los documentos que demuestran fehacientemente el robo más grande cometido en la historia contemporánea de Venezuela contra las finanzas públicas. Cuando todos esos documentos salgan a la luz pública, lo cual ocurrirá muy probablemente en el primer trimestre de este año, los venezolanos tendremos que apartar nuestros asientos, comprar cotufas y lentes HD para ver un no un show, sino una verdadera película de terror.
SC, 24 de enero de 2016
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