El dirigente del partido Voluntad en Carabobo, y ex preso político, Salvatore Lucchese, criticó este jueves la manera esquiva como la Ministra para Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, ha asumido y se ha referido a los hechos bochornosos reflejados en unos videos que circularon por la web en días recientes, en los que un grupo de reclusos de una penal ubicada en el estado Nueva Esparta dispararon al aire armamentos de guerra prohibidos incluso para el uso de la policía.
“Lo primero que ha debido hacer la ministra es comparecer ante la Asamblea Nacional a explicarle a todos los venezolanos, sin más dilación, cómo es que un grupo de reclusos tienen ese tipo de armas en una cárcel. Lo segundo (agregó) que ha debido hacer es poner su cargo a la orden por no haber podido, durante todo el tiempo que ha estado al frente de su despacho, resolver problemas elementales del sistema carcelario venezolano”.
Lucchese indicó que si Venezuela se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo, sus cárceles también deben ocupar un lugar destacado “en el top ten” de los sistemas carcelarios más violentos del planeta. “Todo el mundo en este país sabe cuál es la situación real de las cárceles, donde los reclusos viven en condiciones de hacinamiento, prácticamente sin el resguardo a sus garantías más elementales de derechos humanos; y donde también algunos individuos de gran peligrosidad, bajo la mirada cómplice de algunas autoridades, toman el control de las prisiones, y crean estructuras delictivas que extienden sus tentáculos hacia las calles de nuestras ciudades”.
El dirigente de VP en Carabobo aseguró que si el gobierno ha sido incapaz de poner orden en sistemas como el carcelario, donde se supone que son ambientes controlados al resguardo de organismos de seguridad del Estado, menos podría controlar la situación de inseguridad y violencia que vivimos los venezolanos a diario. “Prácticamente nada en el país se escapa a la descomposición que originó el llamado Socialismo del Siglo XXI, todo parece estar en emergencia ahora, y mientras los días pasan y la situación se agrava desde Miraflores se exhiben como unos incapaces de tomar el control de la situación”.
Igualmente solicitó la renuncia de la ministra Iris Varela quien, a pesar de contar con un ministerio a su disposición, ha demostrado ineficiencia y desconocimiento en materia carcelaria.
“El problema del sistema carcelario es complejo, comenzando porque muchos de esos espacios no reúnen las condiciones necesarias para albergar reclusos. Muchas prisiones eran realmente edificaciones escolares, militares u hospitalarias que fueron adaptadas para fungir como centros penitenciarios, sin tomarse en cuenta los estándares necesarios para su funcionamiento”.
También enumeró dentro de los problemas el hecho de que, debido al incremento de la población penal del país en los últimos años que ha generado condiciones denigrantes de hacinamiento.
“El Observatorio Venezolano de Prisiones publicó un informe que recoge datos del año 2015, donde se asegura, por ejemplo, que las cárceles venezolanas tienen 190% de hacinamiento, especificando que en nuestro estado, en el Internado Judicial de Carabobo, la sobrepoblación alcanza el 132%, cifra que se queda corta cuando se compara con el 434% de la Penitenciaría General de Venezuela, el Internado Judicial de Yaracuy que alcanza el 344% o el de Tocorón donde el hacinamiento se registra en el 918%”.
Puntualizó que este problema tiene dos orígenes, por un lugar el hecho de que varias cárceles importantes del país, como la de Santa Ana, el Internado Judicial de Los Teques, La Cárcel de Cumaná, entre otras, fueron cerradas sin haberse creado nuevos espacios para la distribución de los privados de libertad; en segundo lugar a la lentitud del sistema de justicia venezolano.
“En Venezuela la mayoría de las personas que se encuentran en las cárceles son ciudadanos que no han recibido sentencia, lo que muestra una grave falta al debido proceso”.
Finalmente cuestionó cómo es posible que muchos de los casos de extorsión y secuestro se originan desde organizaciones que funcionan en las cárceles, donde los delincuentes llaman a sus víctimas desde celulares o las contactan vía internet.
“Bueno, si un recluso puede tener un arma de guerra en una cárcel, mucho más fácil es que tenga un celular para manejar sus organizaciones delictivas, cosa que podría evitarse simplemente instalando bloqueadores de señales de celular. Pero lo que vemos es simplemente que al gobierno no le interesa resolver ninguno de los problemas que aquejan a los venezolanos. En este caso, el problema penitenciario en nuestro país tiene una responsable y deberá rendir cuentas”.
Nota de Prensa