El ex Gobernador del Zulia y dirigente nacional de Un Nuevo Tiempo, Pablo Pérez, denunció la grave crisis que azota a los productores de huevos del estado Zulia, lo que por supuesto se traduce en una severa escasez de uno de los productos básicos de la dieta del venezolano.
Nota de prensa
Pérez sostuvo una reunión con los granjeros avícolas del municipio Mara, con el fin de escuchar sus explicaciones sobre los problemas que han reducido drásticamente la producción de huevos, mientras el Gobierno nacional ni siquiera acepta las argumentaciones de los productores.
Los granjeros expusieron que de las 600 mil gallinas ponedoras que normalmente eran parte de las granjas en el Zulia, en la actualidad apenas se cuenta con cerca de 300 mil aves, lo que por supuesto ha reducido la capacidad de producción que en su punto óptimo obtuviera 420 mil huevos diarios.
Frente a esta realidad, dijo Pablo Pérez, los granjeros no han encontrado el apoyo del Gobierno nacional el cual pareciera que los escucha, pero no los entiende, ni tiene la voluntad de respaldarlos para la superación de la crisis que afecta al sector: “Producir un cartón de huevos le cuesta al granjero algo más de Bs. 583 y por caja el costo de producción es de Bs. 7 mil y el régimen pretende que vendan el cartón en Bs. 420. Esos precios no incluyen el costo de la distribución del producto. Pareciera que la intención es quebrar al productor”.
Indicó Pérez que el Gobierno se desliga del problema y no facilita la compra de las pollitas ponedoras que luego necesitan de más de 18 semanas de atención y tratamiento para prevenir enfermedades y de ahí entran a la fase ya de producción de huevos: “Una gallina ponedora tiene una vida productiva útil de unas 90 semanas y el ciclo de sustitución está quebrado porque no hay el interés de apoyar de parte del ejecutivo nacional. Al no haber la posibilidad de sustituirlas, están alargando su vida útil a 130 semanas aunque su rendimiento no sea el ideal”.
Además, resaltó, los granjeros se están viendo afectados por la inflación ya que los precios de equipos, medicamentos y vacunas se han multiplicado porque en su mayoría son importados y el Gobierno niega los dólares: “Por ejemplo, un ventilador para airear los gallineros costaba 12 mil bolívares y hoy cuesta Bs. 160 mil siendo de una calidad menor a la que se conseguía con anterioridad. Un ave requiere de 12 a 14 vacunas para estar apta para su uso y eso además de escaso, los precios se elevaron de forma preocupante. Los antibióticos pasaron de Bs. 200 a Bs. 10 mil”.
En el caso del alimento, indicó Pablo Pérez, los productores explican que el saco tiene un precio regulado de Bs. 1.300, pero lo están comprando a 4.300 bolívares en el mercado negro: “O sea con un sobreprecio de Bs. 3 mil y adicionalmente el alimento es de mala calidad y por eso el rendimiento de las gallinas ponedoras también ha bajado”.
Para Pérez estas son las consecuencias del fracaso de un modelo económico que es ineficaz y que sólo está llevando a la ruina a los productores: “Muchos son los granjeros que ante tanta indolencia prefieren desarmar sus granjas y venderlas para no seguir perdiendo dinero. Y mientras todo eso ocurre, el consumidor cada día sufre más para comprar los alimentos que ya no se producen en Venezuela”.