Yo trabajé por más de 15 años en el puerto de La Guaira, pero ahora tengo un año como vendedor y haciendo carreras con mi moto. He vendido equipos electrónicos, cosméticos y hasta carteras”, relata Daniel Rivas, técnico superior en Administración de Aduanas, publica El Tiempo.
Rivas (44 años) advierte que la suma de sus ingresos más el sueldo de su esposa- maestra de preescolar- no suficiente para cubrir los gastos de su familia -que incluye sus dos hijos de 10 y 7 años.
La premura económica ha hecho que su condición socioeconómica -que muchos analistas habrían incluido en los estratos de clase media-, haya caído de forma vertiginosa hacia el empobrecimiento.
“Antes con lo que ganaba yo podía estar tranquilo, pero ahora la cosa está muy difícil (…) Me toca trabajar en lo que salga porque cada vez son más los gastos”, dijo.
La historia de Rivas es sólo una de miles de profesionales y asalariados en el país que han visto disminuir drásticamente su capacidad de consumo y han optado por buscar vías alternativas de ingreso.
De acuerdo con la economista Tamara Herrera, directora de la firma de consultoría Síntesis Financiera, el deterioro del poder adquisitivo de la clase media en los últimos años ha sido vertiginoso en comparación con los estratos sociales más bajos.
A su juicio, el incremento acelerado de los precios de los bienes y servicios en el mercado deja sin “margen de maniobra” a aquellos que sólo dependen de una quincena con monto fijo.
De acuerdo con la analista, al cierre de 2015 la pérdida de la capacidad de compra del sector alcanzó entre -40% y -60% en comparación con 2014, al verse rebasados los sueldos y salarios por el alza histórica de los bienes y servicios.
Dentro de la clasificación socioeconómica por grupos (A,B,C,D y E), la clase media estaría incluida en el estrato C: personas que trabajan en empresas privadas, con sueldo quincenal o trabajo por cuenta propia; que viven en apartamento o quinta, y tienen calificación profesional como técnico superior o universitario.
Herrera estima que en este momento los ingresos del sector se ubican entre Bs 60 mil y 80 mil mensuales. El impacto de lo ocurrido implica que el estrato C -a pesar de los aumentos de salario aplicados- compra 60% menos con su ingreso que en 2014.
Según el último reporte del Banco Central de Venezuela (BCV), hasta septiembre de 2015 la inflación sumó 108% (la anualizada fue de 141,5%). Según Herrera, la aceleración de precios en todo 2015 se ubicaría alrededor de 200%.
“Todo aquel que es un profesional asalariado y tiene su ingreso atado a esa actividad, salvo que realice otros turnos en otros trabajos o se incorpore a la informalidad, no va a tener cómo compensar la pérdida de poder adquisitivo que le ocasiona la inflación”, subrayó.