Los destinos de playa siguen siendo los preferidos en la temporada de Carnaval. Sin embargo, los altos precios y la caída del poder adquisitivo han frenado la decisión de viajar hacia esos destinos, publica La Nación.
Ir a la isla de Margarita, estado Nueva Esparta, por cuatro días con un paquete que incluye desayuno, almuerzo, cena, bebidas no alcohólicas, hospedaje durante tres noches en un hotel en Playa el Agua y boleto aéreo en un vuelo charter, cuesta en promedio 104.000 bolívares por persona, informó Yesmil Morales, ejecutiva de cuentas corporativas de JeyTravel. Por ese paquete, el interesado debe pagar 10,7 salarios mínimos, actualmente en 9.648,18 bolívares.
Morales dijo que otros hoteles distantes de la zona comercial de Porlamar han hecho descuentos significativos para atraer a los turistas y hasta exoneran del pago a los niños menores de 12 años de edad. En Juan Griego, un paquete por tres noches de alojamiento, comidas, bebidas y boleto aéreo, en promoción está en 59.000 bolívares por persona, lo que representa 6,1 sueldos mínimos.
Julio Arnalde, presidente de la Asociación Venezolana de Mayoristas y Representantes Turísticos, informó que la ocupación hotelera en Margarita está por debajo de 60% y que los operadores turísticos siguen preocupados.
Indicó que hacia ese destino está volando la mitad de aviones con respecto al año pasado, razón por la cual se agotaron los boletos. “No es que esté llena la isla de visitantes”, afirmó. Agregó que la frecuencia de vuelos charter a la isla disminuyó considerablemente. De entre 30 y 40 aviones que salían en temporadas anteriores, en los Carnavales 2016 calcula que serán 5.
Señaló que en el resto de los destinos de playa como en Puerto La Cruz y Mochima, estado Anzoátegui; Higuerote, en Miranda; y Tucacas y Morrocoy, en Falcón, la ocupación hotelera se sitúa en 65% en promedio. Los hoteles están afrontando dificultades para atender a los visitantes debido a las fallas en los servicios públicos, añadió. Persisten las frecuentes interrupciones de energía eléctrica y de agua, a esto se suma la escasez de alimentos y productos de limpieza, los problemas de conectividad interna y los elevados índices de inseguridad, enumeró.