En los últimos tiempos se multiplica la participación de mujeres en roles de liderazgo en bandas de delincuentes por todo el país, según datos policiales que revelan un cambio en ciertos patrones de la implacable violencia criminalidad que azota a la sociedad venezolana. La mayoría son rudas jóvenes, pero también hay algunas que usan sus encantos para atraer incautos y otras que aprovechan uniformes y chapas policiales para actuar con mayor impunidad.
Durante el año 2014, salieron a relucir los resultados de unas investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalistas (Cicpc) en donde se señalaba que el 40% de las bandas delictivas que operaban en el estado Zulia, eran encabezadas por mujeres, que se dedicaban al robo de vehículos, atracos a mano armada, el secuestro, venta de drogas y otros delitos. Esta tendencia, se ha esparcido como pólvora en todo el país y cada día se observan mayor cantidad de “damiselas”, metidas en camisa de once varas.
Muchas de estas representantes del supuesto sexo débil utilizan sus sexys curvas para seducir a sus víctimas y cometer sus delitos. Amas de casa, estudiantes, funcionarias policiales, abuelas, jóvenes, mujeres profesionales de distintas edades, dejaron de sentir miedo a la inseguridad que reina en Venezuela, para ser ellas las que meten miedo al convertirse en delincuentes, aquí algunos casos de los más sonados y más recientes.
Abogada del crimen
Irani Johana Fuenmayor Valencia, de 32 años de edad, abogada egresada de una reconocida universidad en Maracaibo, estado Zulia, madre de dos bellas niñas, era una de esas mujeres que no pasaba desapercibida en ningún lugar. Con su escultural cuerpo atraía la mirada de hombres y mujeres que encontraba a su paso. Como a toda buena madre, le gustaba compartir con sus hijas, en fiestas y reuniones familiares, según se pueden ver las fotos que compartía en su cuenta de Facebook.
Pero cuando Irani, no se encontraba en casa o en la universidad, se dedicaba a cometer distintas clases de delitos, entre ellos el robo a mano armada, secuestros, robo de camiones y carros. Conocida en los bajos fondos como “La India Seductora”, la escultural mujer era la jefa de la banda delictiva “Los Jhonsons”, fue la pareja sentimental de varios pranes, como se conoce en Venezuela a los jefes de las bandas criminales que controlan los presidios. Según las fuentes policiales, ella utilizaba sus vertiginosas curvas para captar a sus víctimas y cometer sus fechorías. Fue capturada cuando trataba de colocar un lote de cigarrillos robados de un camión de carga en Maracaibo, estuvo detenida en retén El Marite y después de 8 meses de estar presa falleció en el Hospital Universitario de Maracaibo, a causa de una meningitis. También era portadora del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, Sida.
Se pudo conocer que otra mujer, Graicy Urdaneta, asumió el control de la banda.
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