La amnistía tiene como objetivo principal conseguir la libertad de todos los venezolanos que han sido encarcelados por pensar diferente. En un país democrático no pueden existen presos políticos, y en Venezuela no puede haber paz ni reconciliación mientras estas personas se encuentren tras las rejas.
La reconciliación de nuestro amado país es necesaria para avanzar y dejar atrás esta crisis en la cual nos encontramos sumergidos. Debemos estar dispuestos a integrarnos como venezolanos y sacar adelante nuestra nación, dando lo mejor de nosotros, pero a lo que no podemos estar dispuestos es a negociar nuestros principios, la justicia es uno de ellos.
En Venezuela debe reinar la justicia, el respeto a los derechos y la paz. El reconocimiento de todos los sectores es fundamental, así como aceptar nuestros errores de manera sincera y -en conjunto- buscar soluciones a la grave crisis en la que nos metieron. Nos tocó vivir tiempos difíciles, así que debemos remar unidos con más fuerza y determinación hacia el mismo objetivo, hacia la orilla segura donde comienza la mejor Venezuela.
No es momento de caer en la desesperación o el desánimo, estamos seguros que muy pronto tendremos una salida constitucional de este régimen para dar inicio a una transición hacia la Venezuela que todos soñamos.
El régimen ha perdido el respaldo popular y ha buscado atrincherarse en el TSJ para desconocer la voluntad de casi 8 millones de venezolanos que el pasado 6 de diciembre decidió por un cambio, pero es una realidad que dentro del poder judicial también hay miles de venezolanos que cambiaron porque no son ajenos a los problemas y –tras bastidores- nos dicen: estamos con ustedes, sigan adelante.
Hoy se cumplen dos años de la injusta prisión de Leopoldo López, un encarcelamiento sin pruebas, sin investigaciones previas, un juicio amañado en el cual hasta el fiscal Franklin Nieves confesó haber sido amenazado por un superior para acusar a Leopoldo de un crimen que evidentemente no cometió, para que posteriormente fuera sentenciado por la jueza Susana Barreiros quien también cumplía órdenes de Nicolás Maduro.
Estamos seguros que el régimen se valdrá de cualquier artimaña para torpedear esta ley, pero si la justicia calla, la calle hablará y seremos nosotros los que obligaremos al TSJ a respetar las decisiones de la Asamblea Nacional. La Libertad de Venezuela está cerca pero la salida constitucional de Maduro esta a la vuelta de la esquina.
Aarón Rodríguez Moro – @RodriguezAaron