Los venezolanos amanecieron el jueves con un nuevo precio de la gasolina, que por casi dos décadas fue un tema tabú para los gobiernos, pero que ante las dimensiones de la crisis el mandatario Nicolás Maduro ajustó como parte de una serie de medidas que generaron escepticismo sobre el impacto que tendrán en la golpeada economía del país suramericano.
AP
Aunque el ajuste del combustible no generó sorpresa debido a que era esperado desde hace tiempo, sí produjo preocupación entre algunos venezolanos que manifestaron temor de que el incremento podría ponerle el acelerador a la desbordada inflación que de acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional alcanzaría este año 720%. El Banco Central de Venezuela anunció este jueves que la inflación de 2015 fue 180,9% y la economía registró una contracción de 5,7%.
Maduro presentó el miércoles un plan de ajuste que elevó el precio del litro de la gasolina entre 1.300 y 6.500%, pero que sigue costando menos de 25 centavos de dólar, lo que la mantiene aún como la más barata del mundo y muy por debajo del precio de un litro de agua.
Los recursos que genere el incremento serán dispuestos para un fondo de los programas estatales conocidos como misiones, pero no quedó claro si la estatal Petróleos de Venezuela S.A., que por años arrastró pérdidas millonarias por la producción de la gasolina, recibirá algo de los ingresos adicionales.
El alza de gasolina es considerado un tema sensible en el país luego que en 1989 un incremento del combustible desató unas violentas protesta callejeras en Caracas, conocidas como el “Caracazo”, en las que murieron varios centenares de personas.
El presidente también acordó un aumento de 20% del salario mínimo y las pensiones, la reestructuración de los comercios estatales de venta de alimentos, y un ajuste del sistema de control de cambio que llevó la tasa preferencial para alimentos y medicinas de 6,30 bolívares a 10 bolívares por dólar y fijó un sistema complementario flotante. El gobierno mantenía desde el año pasado tres tasas de cambio pero ahora permitirá solo dos.
“Después que anunciaron las medidas nos quedamos con la misma desesperanza y tristeza”, indicó María Quintero, una vendedora de 50 años, que sostuvo que el aumento del gasolina y el ajuste del sistema de control de cambio “en nada solucionan nuestros problemas de la inflación y la escasez”.
“A las personas no les importa pagar 10 bolívares por la gasolina si no nos someten a colas, si no nos someten a pararnos a las 4 de la mañana para conseguir un poquito de arroz”, dijo Quintero mientras aguardaba dentro de su vehículo en una larga fila que se formó en una estación de gasolina del centro de la capital horas después del anuncio de Maduro.
El presidente de la encuestadora local Datanalisis, Luis Vicente León, dijo que Maduro informó ampliamente sobre la caída brutal de los ingresos como consecuencia del descenso de más de 50% de los precios del petróleo, “pero no explicó cómo el Estado va realmente a atender sus deudas internas y externas y los pagos de materia primas, y las garantías de abastecimiento”.
León afirmó que ante la decisión del gobierno de mantener la tesis de la guerra económica como la causa de la crisis, y su oferta de intervencionismo en la economía y controles de precio y de cambio, que están vigentes desde el 2003, “no se puede ser optimista”.
Por su parte, el diputado opositor José Guerra dijo que las medidas no generarán “grandes ingresos fiscales” pero si producirán un “impacto inflacionario”.
El secretario ejecutivo de la coalición opositora, Jesús Torrealba, consideró como una “brutal provocación” las medidas que sostuvo que buscan alimentar el malestar entre los venezolanos, y dijo a la AP que le llama la atención que coincidieran con los recientes anuncios que hicieron opositores para acelerar el cese del mandato de Maduro e impulsar un referendo revocatorio y una enmienda constitucional.